11.

422 34 2
                                    

Pasado.

...

Estaba viendo unas coreografías en su televisión, a él le encantaba ver aquellas, su mamá era amante del baile, y él había desarrollado una pasión increíble por el una vez que empezó a crecer.

Le gustaría que Omar se quedara más seguido con él, pero no le gustaba tanto todo lo que tenía que ver con el baile, a él le gustaban las cosas de alfas, salir a correr, a jugar fútbol, ese tipo de actividades.

Mientras que a su papá, le molestaba que su hijo omega hiciera todas esas cosas que "no estaban bien vistas para un omega como el".

—Bebé —Tocó la puerta, Jorge volteó curioso— Vente, mi amor, ya está la comida.

—Voy, ma —se levantó de su cama, bajo las escaleras y sintió como su abdomen se revolvía un poco al ver a su padre en la mesa, se acercó a paso lento, sentándose en el sitio que siempre utilizaba— Gracias ma...

—Ya no deberías darle tanta comida, Letty.

—No es tanta... Es lo que necesita para crecer...

—¿No lo ves? Esta gordo, a nadie le gustan los omegas gordos... Si sigues así, tu hijo nunca va a casarse, ¿Quién querrá un omega obeso?

—No es obeso, no le digas esas cosas...

—¡Claro que lo es! No tarda en romper la silla... Mejor deberías de hacer ejercicio, no se, baila más, o come menos, no me importa, te lo digo por tu bien, nadie querrá a un omega si es gordo, no es como que seas muy bonito para a parte, descuidar tu peso. 

Jorge se aguantó, siempre se aguantaba, pero enserio, enserio esos comentarios le rompían el alma.

...

Cuando abrió sus ojos, se sintió en una cama muy cómoda, parpadeo un poco y frunció su ceño al ya no sentir ese calor tan horrible recorrer su cuerpo, pero se sintió muy raro al ver la luz del sol.

Esa no era su casa.

—Mmm... —Se levantó poco a poco de él colchón, no tardo en descubrir de quien era esa habitación, tenía varías fotos, cuadros, y una pequeña placa del CEA colgada en una pared—

Diego entró sin camiseta a la habitación, con un plato entre sus manos , cuando vio al omega despierto sonrió, acercándose a su cama.

—Buenos días, dormilón —Jorge solo sonrió, Diego se acercó y besó la comisura de sus labios, dándole el plato— Lo cocine hace días, pero cierto chico me hizo salir corriendo de mi casa... Perdón si sabe mal.

—¿Bromeas? Seguro sabe delicioso... —gruñó, mirando los lados, buscando la forma de que el alfa perdiera de vista el plato— ¿Mi celo ya terminó?

—Probablemente Leslie te altero, te encerraste en el baño y lloraste durante horas... No pude aguantarlo, busque la llave de tu baño y la encontré, no las escondes muy bien.

—Muchas gracias —dijo, empezando a desayunar sin mirarlo por completo— Sobre lo que ella dijo...

—Perdóname por haberme molestado porque no me contaste —susurro— Debió ser un tema muy duro... —Jorge asintió, acurrucándose en su hombro—

Amigos... ¿Con derechos?. Where stories live. Discover now