21.

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—Es que no entiendo que hice mal —susurro, Alex gruño del otro lado de el celular— te juro que lo hice lo mejor que pude, Alex...

—Diego, tranquilo...

—No se porque se puso así...

—Tranquilo... —dijo— El chico tal vez está confundido, no debes de tomarlo como que lo que tienen ya se terminó, ten fe en que aún no se a acabado... Tú enserio lo quieres...

—Huyó de mi casa en la noche... Luego esta días sin hablarme y cuando voy a buscarlo dice que esto no esta funcionando...

Alex suspiro del otro lado de la línea, miro a Kunno quien también estaba ahí, escuchando la platica.

—Tal vez no quiere algo serio... O no quiere que salgas lastimado...

—Pues ya lo hice —susurro, pero asintió— Muchas gracias, chicos, tomare un baño y me iré a dormir, fue un día muy largo...

Diego colgó antes de que pudieran contestar, ya había hablado con Danna y con sus dos amigos, sentía la necesidad de hablarlo, sentía culpa y ni siquiera sabía el porqué.

Estaba acurrucado en la cama, el no entendía porque tenía que haber tanto problema, solo se querían, quería tenerlo para el, ¿eso que tenía de malo?

Con ninguna de sus parejas había funcionado, no funcionó con su primer novio, ni con el segundo, o el tercero, con Roberto, cuando finalmente se sentía bien, también falló.

Se quedó abrazando las almohadas en su cama, sinceramente completamente triste.

Cerró sus ojos, no tardo en quedarse completamente dormido.

...

Frunció su ceño al ver que su teléfono sonaba, estaba un número desconocido, se levantó de la cama y contestó, ya que había visto que aquel número estaba muy insistente.

—¿Bueno?

—¿Si? ¿Bueno? ¿Usted es Diego Cardenas?

—¿De parte de quién?

—Soy Omar Anzaldo... Ayer mi hermano estuvo en casa de mis padres, no me haré el idiota, yo se que sabes lo qué pasa en esa casa —El alfa frunció su ceño y se enderezó, suspiro— Mi papá lo golpeó horrible... Tuve que traerlo a una clínica, sufrió un colapso...

—¿Un colapso? —se levantó, empezando a vestirse— ¿Donde está? ¿Qué más tiene?

—¿Sabías que tenía anemia? —susurro, sonrojándose al hablar— Tú lo ves desnudo... Los doctores dicen que... Parece que tiene algún tipo de trastorno alimenticio, pero no saben cual...

—El no suele comer mucho —admite, suspirando— Usualmente come muy poco —se sintió tan mal porque no se dio cuenta antes, cuando le dijo el nombre de la clínica se subió de forma rápida al auto, no tardo mucho en llegar—

Al bajar, camino hasta donde estaba Omar, el muchacho lo estaba esperando con un café, le empezó a platicar de todo lo que su papá le hizo a Jorge, y solo sintió aún más asco por su padre.

—¿Ella esta embarazada?

—Si...

—¿Es de Jorge?

—No lo sabemos, Jorge dice que le hagan una prueba de paternidad, no confía que sea suyo...

—No, ni yo —suspiro, bajando la mirada con preocupación—¿Sus costillas están rotas?

—Varias de ellas... Sus piernas están bien, yo me hubiera odiado tanto si le hubiera pasado algo ahí...

Diego trago completamente destrozado.

—Sobre... El trastorno alimenticio...

—El doctor cree que es anorexia... —Diego respiro hondo— Esta casi seguro de que lo es...

Cuando el doctor llegó con ellos, los dirigió a la habitación de Jorge, el alfa se sintió triste al ver a su omega tan débil.

Para él, Jorge nunca se había visto débil, mucho menos pequeño, era un hombre tan valiente, siempre le pareció alguien seguro de sí mismo, desde el día que le coqueteo por primera vez, pero ahora que lo veía verdaderamente golpeado, con su cabello poco cuidado, su piel pálida y su cuerpo delgado, sintió unas grandes ganas de protegerlo, cuidarlo.

Porqué eso era lo que hacía un alfa con su pareja.

—Cachorro...

—Diego —susurró al escuchar aquel apodo, hizo un puchero, él mayor se acercó rápidamente y lo tomó en brazos, Jorge sintió vergüenza porque Omar lo estaba viendo, pero la necesidad de sentir al alfa era aún más grande—

—Mira como te dejo ese... Es un hijo de perra, ¿Cómo se atreve a lastimarte así?

—No es la primera vez —susurro, sonriendo al ver cómo Diego se preocupaba por el— Yo... Enserio te extrañe —admitió— no me había dado cuenta de lo mucho que lo hice...

—Jorge...

—No quiero que me dejes... No quiero dejarte, quiero una relación seria, contigo...

—Yo también quiero eso... —Cuando Jorge sonrió con dulzura, se sintió vivo de nuevo— Bonito... —Beso su mejilla, Omar había decidido dejarlos tener aquel momento íntimo, saliendo de la habitación— Mi amor...

—No como bien, Diego —admitió, bajo la mirada— Yo era muy gordito cuando era pequeño... Toda la vida me han hecho sentir una mierda, por mi peso, porque no soy tan bonito, sobre todo porque no puedo tener hijos, por un montón de cosas... —susurro con tristeza— Odio sentirme gordo... M-Me lastima la idea de que nadie me quiera por serlo...

—Bebé, no eres gordo... No tienes ni un solo gramo de grasa, estás perfecto...

—Mi trasero es algo grande —susurro incómodo—

—Y eso es perfecto —Acaricio su mejilla— Eres perfecto, y trabajaremos juntos, porque yo se que todo lo que te ha hecho sentir tu padre no se solucionará de la noche a la mañana —Jorge negó— pero yo estaré aquí para intentar que cada día duela menos y avances un poco más —El omega sonrió, bajando la mirada— Te amo...

—Y... Sobre Leslie...

—Seré el mejor padrastro que pueda —Jorge abrió los ojos impresionado, enserio no sabía que había hecho para conocer a ese maravilloso alfa— Claro, si es tuyo...

—Ven aquí...

—Tienes las costillas fracturadas, Coky...

—No me importa, ven... Los omegas se mejoran más rápido cuando están con quien los ama, ¿No? Acuéstate...

Diego abrazó la cintura de Jorge, acarició su mejilla y besó sus labios, sonriendo al ver cómo el chico se quedaba dormido poco a poco.

El no pudo dormir, prefirió quedarse viendo a ese omega que tanto amaba.

Amigos... ¿Con derechos?. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora