Final.

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—Muy bien, cariño, muy bien —susurró Diego en su oído, Jorge estaba muy mareado y bastante sudado, miró a su esposo, el cual acariciaba con cariño sus brazos, sin parar de ver al ruidoso bebé entre las piernas de su pareja— ¡Míralo Coky! ¡Es hermoso!

Jorge volteó hacia el doctor, el cual le estaba haciendo una limpieza rápida antes de ponerlo en su pecho, cuando lo sintió ahí, suspiró, cerró sus ojos apoyando su mejilla contra la cabeza de su bebé, el cual lloraba desesperado por haber sido sacado de su madre.

—Hola... —susurró, sonriendo al sentir como se iba calmando— Lo sé... Lo sé, los dos nos sentimos mal, yo lo sé, pero ya estás aquí, ya estás con tus papás...

Diego suspiró al ver a su omega abrazar a su cachorro, Jorge tenía una forma de ser con los niños hermosa, él adoraba ver a su esposo con sus hijos, era el mejor padre que pudiera pedir.

—Es hermoso...

—Todavía está hinchado —dijo burlón, volteando con cansancio a su alfa, ni siquiera se preocupaba por todos los doctores que estaban viendo su zona íntima, para él ese momento era suyo de su esposo y obviamente del pequeño ser que acababa de llegar al mundo— sigue siendo feo.

—Feo tu, deja a mi bebé en paz —él omega rió con dulzura, Diego besó rápidamente sus labios, acariciando su cintura con una sonrisa— Dios mío, me hiciste papá de nuevo...

—Mmm... —susurró con sus ojos cerrados, solo quería descansar unos minutos, un parto era agotador, y a pesar de que este había sido demasiado rápido, el dolor y cansancio estaba ahí—

Los doctores no tardaron mucho en salir, dándole total privacidad a la pequeña familia .

—¿Puedo?

—Cárgalo —dijo con una sonrisa dulce, el alfa lo tomó con cariño, miró sus manitas, sus piecitos, el poco cabello que había en su cabeza—

Diego sonrió al verlo, tan hermoso y tan suyo, aspiro rápidamente el aroma de su cachorro, riendo al notar su casta.

—¿Qué?

—Elaia ya va a tener con quien jugar.

—¡Ay! ¿enserio? —sonrió, lo tomó nuevamente, intentando encontrar algún aroma, pero nada—

Su cuerpo quedó tan cansado, qué cosas tan sencillas como descifrar un aroma, se volvía imposible para reponer fuerzas

—Es un alfa...

—Como su hermanita mayor...

—Dios mío, un pequeño alfa —susurró, sonriendo con emoción, cuando vio a su bebé buscar con desesperación el pecho, suspiró, volteando a su esposo—

—Te ayudo —susurró, ayudándolo a quitar su sostén, sonriendo cuando su pequeño cachorro se aferró al pecho de él omega, hambriento— Vaya...

—Tápame, no quiero que alguien entre y nos vea...

Diego hizo caso, cubrió el cuerpo del omega con la sábana, esforzándose porque no se viera nada.

Solo él tenía el privilegio de ver a su esposo en esa situación.

—Es tan inteligente...

—Es muy grande —dijo burlón— no puedo creer que saliste de mi.

—Fuiste muy valiente... —miro con emoción a su pareja— Es hermoso... Los dos, los dos lo son, gracias por darme otro bebé...

Amigos... ¿Con derechos?. Where stories live. Discover now