29.

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Abrió sus ojos al escuchar sonidos en la cocina, frunció su ceño al no ver a Kim o Queen, estaba solo en la cama con dolor de cabeza, y no era como que las chicas eran muy amables y se levantaban a cocinar, ellas odiaban cocinar. 

Gruño y se enderezó tambaleándose un poco, al llegar hasta la puerta la abrió, ni siquiera se vio al espejo, solo quería ver quien estaba en su cocina.

—Chicas... —cuando abrió los ojos vio a su bonito novio, con su característico cabello rosa y una sonrisa dulce, sus mejillas se enrojecieron rápidamente— hey...

—Tus amigas comen mucho, pero son lindas —Jorge suspiro y se acerco corriendo al mayor, el cual envolvió sus brazos en su cuerpo, besando su frente— Oye...

—Perdón... —susurro, limpiando sus lágrimas— Sentí muchos celos, alfa... Perdón... No se porque, simplemente...

—Hey —besó su frente, sonriendo al sentir como el aroma de su omega cambiaba— esta bien... No pasa nada, cariño, obviamente que ese hombre llegara a decirte mierda te hizo sentir mal, yo lo entiendo.

—Mmm... —dijo, acurrucándose en su pecho, aspirando el delicioso aroma de su alfa, el siempre olía bien— Seguramente me veo horrible y tú estás tan guapo...

—Tú nunca te ves horrible —dijo sincero, bajando sus manos hasta sus glúteos, intentando acercarlo más a él— estás tan hermoso...

Jorge sonrió soltando su dulce aroma, Diego suspiro y se acercó mejor al menor, aspirando el delicioso olor a fresas y coco que lo caracterizaba a la perfección, suspiro subiendo las manos a su cintura, sonriendo cuando lo sintió completamente contra él.

—Aún quiero que te pongas lencería para mi.

Diego empezó a reír y se alejo sonrojándose, negó.

—¿Cómo crees? Tú nunca te has puesto lencería para mi...

—Nunca me e puesto lencería para nadie, en cambio tú si, me va a dar envidia —llevo sus manos a los brazos ajenos, delineándolos con sus dedos— A parte, yo no tengo el cuerpo tan bonito como tú.

—Tú tienes el cuerpo más bonito del mundo... — besó sus labios, sonriendo cuando él omega hizo un pucherito, el cual se encargó de besar— si quieres que la use, me la tienes que comprar.

—Entonces, es exactamente lo mismo para ti —le guiño un ojo, ambos solo se sonrieron, llevando sus manos a sus caderas para sentirse, no tardaron en entrar a la habitación—

...

Diego caminaba cargando las bolsas de sus dos amigos, los chicos reían animadamente mientras iban de boutique en boutique, gastando sin ningún problema cada peso que tenían.

—¿Les acaban de pagar o qué? Si siguen comprando yo ya no podré con tantas bolsas.

—Que poco caballeroso eres Diego Cardenas.

El alfa alzó una ceja levantando las ocho bolsas que tenía en cada mano, los omegas sonrieron y tomaron algunas.

—No le has comprado nada a Jorge.

—No e encontrado nada que me guste para el... Es algo especial con la ropa —dijo sincero, había visto varias cosas, casi todas joyas o perfumes, pero no sabía si era adecuado regalarle un perfume a su novio—

A parte, a él le encantaba su olor natural, no quería que lo cubriera con nada.

—Tal vez eso de allá te llame la atención —dijo, señalando una conocida boutique de ropa interior—

Amigos... ¿Con derechos?. Where stories live. Discover now