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Estaba sentado en el piso de su sala con las piernas cruzadas, haciendo la reseña de unos productos para el cuidado de la piel que le habían mandado, sinceramente era lo que más le gustaba que le enviaran, le encantaba cuidar su piel.

—Hello baby —dijo al escuchar que su novio había entrado al depa, se volteó con una sonrisa— estoy grabando y enserio tengo que subirlo ya, ¿puedes ir al cuarto mientras? —Diego caminó hasta su novio, besó sus labios y se arrodilló en el piso, junto a él—

—Te tengo un regalo.

—¿Ah sí? A ver —sonrió, aún sin detener la grabación—

—Cierra los ojos y extiende las manos.

Jorge cerró sus ojos y extendió sus manos, abriéndolos al sentir el peso del papel sobre sus palmas.

—¿Cómo? —sonrió, abriendo rápidamente el sobre— ¿Lo abro?

—Ujum...

Jorge rió, hasta que se dio cuenta de los nombres que tenían los boletos, carcajeándose.

—¿Por qué le pusiste "Jorge Gonzáles de Cárdenas"? Y Diego Cárdenas de Anzaldo —rió aún más, hasta que leyó donde era el destino— ¿Japón? ¡Iremos a Japón!

—Así es, iremos a Japón, lo conoceremos, juntos.

Jorge sonrió y se lanzó a abrazarlo, dándole bastantes besos, los más que pudo.

—¿Cuando nos vamos?

—Mañana a las cuatro de la mañana.

—¿Cuatro de la mañana? ¡Diego!

— Termina de grabar y empieza tus maletas, ya, yo haré las mías —Jorge sonrió, siguiendo la orden de su pareja, cuando entró al cuarto Diego ya estaba haciendo su maleta, él se encargó de hacer la suya de igual forma, buscando la ropa perfecta para la ocasión—

—¿Cómo es Japón? ¿Me va a gustar?

—Te va a encantar, créeme que e estado planeando muy bien y con mucho cuidado nuestro viaje, será perfecto —prometió, jalándolo de la cintura— Llévate la cámara, créeme que vas a necesitarla —Jorge sonrió, dándole un pico a su pareja—

Terminaron de empacar a eso de las once de la noche, Jorge salió de la habitación para hacer sándwiches para ambos, Diego aprovechó guardando muy bien el anillo, no quería que su novio lo encontrara ni de broma.

—Amor —entró con un plato al cuarto y una taza de café, Diego le sonrió, cerrando la maleta— Tu comida está en la cocina, bebé.

—Esta bien, coky —fue por el sandwich que le había preparado su pareja, ambos se acostaron en la cama y empezaron a platicar del maravilloso viaje que tendrían, ambos estaban sumamente emocionados—

—¿El viaje por qué es?

—¿Por qué más, tonto? Porqué cumplimos seis años de novios —Jorge sonrió y se apoyó en su hombro, haciendo un pucherito—

—¿Entonces empacó lo que tenía preparado para ese día?

—¿Hablas de lencería bonita?

—Mmm... Puede ser —se acercó a los labios de Diego, empezando un beso más subido de tono, el mayor bajo las manos a su cintura, jalándolo a su cuerpo— Tenemos que dormir...

—Tú duerme, yo esperaré a que sea la hora —Jorge sonrió y asintió, era lo que usualmente hacían cuando tenían vuelos—

—Pero abrázame —dijo un meloso Jorge, el mayor asintió y lo envolvió en sus brazos, sonriendo al sentirlo sobre su pecho— cuéntame un cuento.

—Yo pensé que eso ya se te había quitado —dijo burlón, pero Jorge negó, sonriendo— está bien... Había una vez... Un omega muy, muy bonito...

...

—Quiero llorar, ¿Dónde chingados estamos? —dijo completamente emocionado, Jorge había tenido la misma reacción que él cuando llegaron, viendo todo en letras distintas, personas completamente diferentes a las que había en el occidente, vestidos de una forma súper cool, con colores en el cabello y aretes en las orejas—

—Estoy súper cansado —se sinceró Jorge, Diego sonrió y beso la frente de su omega, tomándolo de la cintura para que estuviera seguro—

Desde que habían llegado se pudo percatar de que varios alfas se le quedaban viendo a su novio, no sabía si tenían buenas intenciones, malas, si lo estaban criticando o solo les había gustado, pero no le importaba, estaban en un lugar completamente nuevo, él quería, no, debía protegerlo—

Caminaron sobre las calles varios minutos, viendo el montón de gente que había, las luces y letreros, todos se veía increíble.

—Mira, hay maquinitas —dijo su novio, Diego sonrió y lo jaló hacia una, el menor no pudo evitar sonreír— ¡Mira! ¡Este!

Diego metió una moneda y giró dos veces, hasta que cayó una pequeña bola de plástico, Jorge lo sacó y luego de menearla la abrió, riendo al encontrar un anillo.

—¡Mira! Esta bonito, pero lo voy a perder si me lo pongo —rió, Diego asintió, lo sabía— ya vámonos, son casi las ocho de la noche y quiero dormir hasta las nueve de mañana.

Diego caminó tras él con una sonrisa, sacando rápidamente una foto de su novio a espaldas, luego la recortaría y la subiría a Instagram, sabía perfectamente que se reiría demasiado con los comentarios de las cuentas de chismes, sin contar las millones de fans del shipp que empezarían a hacer hilos en X, estilo:

"Pruebas de que J y D son novios".

Le daba ternura que pusieran "J y D".

...

—¿Has pensado en decir que estamos saliendo? —preguntó, ya había subido la fotografía y como lo había pensado, los hilos de X no se hicieron esperar—

—Si, a veces —dijo, terminando de ponerse el contorno de ojos, Diego sonrió y se acercó a él, besando su hombro mientras acariciaba su vientre, cerró sus ojos ante el toque, suspirando cuando pasó su lengua por su glándula, aún sin marca— ¿Por qué la pregunta?

—A veces se me antoja decirlo —dijo, sincero— Me gustaría poder compartir este tipo de cosas, ya sabes, subir el estilo de fotos que Danna y Alex suben.

—¿Chupándonos la lengua?

—Eres un asqueroso —dijo burlón, besando su frente— Tal vez así, abrazados, en ropa interior —dijo dulzón, sonriendo cuando Jorge coló su mano por su camiseta— Mmm... ¿Hace cuanto no me atiendes?

—¿No atenderte? Te recuerdo que ya hasta te cocino, Diego Cárdenas.

—Ajá, y yo pago todo lo de la casa y la mayoría de lo tuyo —dijo, era algo que le daba orgullo, sabía que Jorge tenía su propio dinero y que le iba muy bien, pero aún así, la satisfacción que le daba ser el proveedor de la casa y quien consintiera a su omega, no tenía comparación— ¿y si mejor vamos a la cama? —dijo, travieso—

—No sabes qué ganas tenía de que lo dijeras.

Amigos... ¿Con derechos?. Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum