Amigos... ¿Con derechos?.

40.

—¡Mira que conseguí! —dijo un emocionado Jorge corriendo hacia su novio, Diego sonrió al verlo, con las orejas de Mickey Mouse sobre sus cabellera rizada, una enorme sonrisa y dos empaques de plástico en sus manos— Está es una paleta helada con forma de Mickey y esta otra una concha de fresa o algo así, deberías probarla.

—La verdad no se me antoja, nunca la e probado. —Jorge giró los ojos y golpeó su brazo— ¿qué? Hablo enserio, no me gusta el sabor a fresa falsa.

—Ay, ajá —abrió la paleta y se la ofreció a su novio, Diego sonrió y la mordió, alzando una ceja— ¿Qué te parece?

—Me parece decente.

Jorge giró los ojos y abrazó el cuello de su novio, Diego sonrió y pasó sus manos por su cintura, sonriendo cuando el menor pegó su rostro al suyo.

—Varias fans me han pedido fotos...

—¿Te molesta que nos vean?

—Claro que no —sonrió, besando sus labios— ¿Qué haremos saliendo de aquí?

—Me gustaría conocer un antro, ¿Pondrán K-pop en los antros japoneses?

—Sería una pena, yo sigo siendo muy inútil para bailar.

—Mínimo ya te enseñé a mover las caderas cuando suena una canción de Bad Bunny —rió, caminando unos metros más junto a Diego— nuestros guías me dijeron que hay un antro muy conocido cerca de nuestro hotel, no tiene música latina pero mínimo tiene música en inglés que seguramente conoceremos.

—Enserio quieres ir de fiesta.

—¡Claro que si! Oye, últimamente me e estado portando perfectamente bien, soy una buena esposa —dijo burlón, chillando al ver más cositas de Disney— ¡Mira amor! ¡Cómpramelo!

—Sabes que si —Jorge chilló y tomó lo que le había pedido a su pareja, corriendo a buscar más cosas—

El mayor solo sonrió al ver a su novio así de emocionado.

...

—¿Cuando se lo darás?

—Mañana, iremos a un templo rojo, mis guías dijeron que era un lugar muy especial y original para pedir matrimonio... Se supone que ahí puedes descubrir si somos almas gemelas o una jalada así.

—¡Oww! ¡Son tan dulces!

—Espero que le guste, me estoy cagando de los nervios.

—Amor, ¿Con quién hablas? —dijo saliendo del baño mientras se secaba el cabello, Diego sonrió al verlo, con una camiseta negra transparentosa y unos pantalones de cuero sintético negros, muy pegados a sus formadas piernas— Te escucho hasta el baño.

—Que sexi te ves con esos pantalones.

El menor giró los ojos, mirando la hora.

—Apúrate Diego Cárdenas, ya es tarde.

—Si amor, hasta luego Alex, hablamos mañana —colgó la llamada, empezando a vestirse— Me gustan tus ojos cuando te delineas.

—Lo sé —sonrió, Diego besó su mejilla y se puso los jeans negros— ¿Me pasas la chaqueta? Por fa.

Le pasó la chaqueta y se metió al baño, minutos después salió con una camisa negra con los tres primeros botones desabrochados, tenía un pantalón de vestir negro junto un cinturón, reloj y algunos accesorios.