12.

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Habían pasado algunos días desde aquel incidente y esa agradable plática que había tenido con los amigos de Diego.

La relación que llevaba con el alfa se estaba enfriando un poco, no en el tema emocional, pero si en el sexual.

A parte, Leslie no contestaba sus llamadas ni mensajes, la chica le estaba haciendo la ley del hielo.

La chica se alejaría durante varios días, luego volvería, le diría que le pidiera perdón, lo haría y volverían a su rutina en la que ambos se odiaban pero no lo decían. Hermoso.

—Hola, rizos —dijo Diego con una sonrisa, Jorge se volteó mirando al alfa, riendo cuando él mayor lo tomó de la cintura y lo apegó a su cuerpo— ¿Cómo ha estado él omega más bonito?

—Eres súper famoso, no creo que sea adecuado que me abraces así...

—Vamos, no exageres, no soy Michael Jackson

—Diego, tienes diez millones de seguidores solo en Instagram.

—Doce, en realidad —dijo con dulzura, soltándolo poco a poco— Bien... ¿Me acompañarás a dar la vuelta?

—Mmm... Si me das un beso puedo pensármelo un poco.

Diego sonrió y besó los labios de Jorge, se apartaron, él omega alzó los hombros, empezando a caminar junto al alfa.

Últimamente estar junto a él se sentía... Extraño, el cada vez estaba más cariñoso, quería menos sexo pero más besos y abrazos, estaba un poco preocupado, él no quería que Diego se enamorara de él...

Pero sinceramente, él se estaba enamorando de Diego.

—¿Cómo está todo con esa chica? —preguntó unos minutos después, ya ambos estaban sentados y habían pedido los menús, Diego se hacía el tonto leyéndolo, pero sabía perfectamente que escogería lo más básico, porque su paladar de niño de seis años, era lo único que lo dejaba comer—

—Oh... No me ha hablado desde que dijo todo eso... —alzó los hombros, respirando hondo, no habían hablado de aquello desde la última vez—

—Quieres... ¿Hablarlo?

—¿Me lo echarás en la cara cómo ella?

—Yo nunca haría eso... —El de rizos se acomodó contra la cómoda silla, cuando el mesero se acercó hizo su pedido, Jorge también, una vez que se fue, se quedaron en completo silencio, otra vez— Quiero saber un poco más de ti...

—Yo también quiero saber sobre ti...

—¿Qué quieres saber? Yo voy a contártelo.

No era culpa de Jorge estar tan temeroso, había vivido tantas cosas y lo habían traicionado de formas tan horribles... No era su culpa dudar de las personas, él no quería, pero no podía evitar hacerlo.

—¿Cómo te enteraste de que eras gay? —Diego abrió los ojos sorprendido, sonrió un poco— Digo... Ya sabes...

—Siempre lo supe —dijo sincero— Nunca me gustaron las mujeres, ni cuando era niño, o adolescente, siempre me gustaron los niños... Omegas, alfas, betas, no me importaba, solo importaba que fueran hombres...

—Y... ¿Tus padres?

—Se lo esperaban... Tengo una familia muy liberal, no se enojaron mucho... O sea, sinceramente no fue de su agrado, pero lo tomaron bien, conocieron a mi primer novio y a Roberto.

—¿Roberto?

—Mi ex novio —le guiñó un ojo, sonriendo al ver cómo él omega se sorprendía—

Amigos... ¿Con derechos?. Where stories live. Discover now