Amigos... ¿Con derechos?.

28.

El solo leía cada una de las cartas que había en esa caja, todas tenían fechas, las estaba leyendo en orden cronológico.

Leía las letras preciosas que Diego le escribía a Roberto, las bonitas letras que Roberto le escribía a él.

Como hablaban de las noches absurdamente dolorosas y desenfrenadas que pasaban juntos, pero que siempre lo hacía completamente feliz entregarse a él.

—Si que lo quería... —susurro, terminando de leer la penúltima carta, la última que quedaba era de Diego, suspiro, mirando a Consomé, el cual estaba recostado pacíficamente entre los pies de Jorge— No debería estar haciendo esto, ¿no es así? —el perrito solo lamió su mano, el Omega suspiro sin saber que hacer—

La última carta parecía no haber sido leída, es más, ni siquiera haber sido abierta después de terminar de escribirla.

—¿Cuál es la necesidad de leer eso, Jorge? —dijo con su ceño fruncido, el Omega dio un brinco, haciendo que la caja se cayera de sus manos, causando que algunas cosas salieran volando—

—¡Perdón! ¡Perdón!, lo siento... —empezó a recogerlo, Diego se iba a acercar cuando Jorge vio una caja, no tardo en saber que contenía dentro— oh...

—Si tenías dudas, perfectamente podrías haberme preguntado, Jorge —dijo algo molesto, empezando a levantar las cosas que había en la caja, las guardo todas, para luego tomarla y llevarla hasta el bote de basura—

—¿Ibas a pedirle que fuera tú esposo?

—Llevábamos casi cuatro años juntos, lo iba a hacer —dijo sincero, volteándose al menor, el cual de la nada se sintió pequeño— ¿por qué no me preguntaste si tenías duda de algo? Jorge, odio que no me preguntes las cosas...

—¿Por qué tenías esa caja? —dijo molesto, levantándose de el sofá— El me dijo que la tenías

—Ni siquiera me acordaba que existía —dijo con sinceridad, pero Jorge no le creyó una mierda— no me digas que vamos a discutir por culpa de mi ex novio. 

—Es que... ¡Dios! ¡No me culpes! Llega aquí y habla de... De ti en lencería... De las noches que pasaban juntos... ¡Mierda! Le ibas a pedir matrimonio.

— Por favor, escúchate... —El de rizos respiro hondo, intentando pensar racionalmente— Fue mi novio casi cuatro años, lo amé con locura —dijo sincero— terminamos hace casi dos años, cuando yo te conocí él ya estaba superado, ¿Por qué dices eso? ¿No confías en mi? ¿Un hombre que acabas de conocer puede causar más en ti que yo?

—Es que... ¡Ah! ¡Tú no entiendes!

—No, no lo hago —dijo sincero, Jorge respiro hondo, harto de que Diego se viera tan calmado— hazme entender.

—¡Mierda! Estamos discutiendo, grítame, golpéame, ¡Por Dios!

—Jorge —lo tomó de los brazos, él omega se le quedó viendo, helado— Por favor, respira... ¿Qué esta pasando? Estas peleando por un alfa con el que rompí hace dos años,  somos novios, te presente a mi familia, prácticamente vives en mi casa, tenemos un perro... ¿Lo que diga él vale más que lo que hemos construido juntos?

—Necesito un cigarro.

—Jorge...

—Me voy a mi casa —tomo las llaves de su departamento, su teléfono y cartera, ni siquiera tenia su coche en casa de Diego, la última vez el alfa lo había estado moviendo por la ciudad, desde recogerlo en su depa hasta llevarlo al trabajo, hasta traerlo aquí—

—Es muy tarde, déjame llevarte...

—Tomare un taxi.

—Llévate mi camioneta... —se acercó rápidamente, dándole las llaves de su carro— Jorge, no seas caprichoso, es tu seguridad.

Jorge lo miro, sus ojos cristalizándose, prefería mil veces que le gritara, que lo agarrara, lo que sea, odiaba que estuviera tan tranquilo mientras él estaba como un loco.

No hizo caso, bajo rápidamente las escaleras, Diego lo siguió de forma rápida, pero Jorge no le hizo caso.

Salió de el edificio, para su suerte, un taxista iba llegando de dejar a una de sus vecinas, se acercó corriendo y se subió, sin siquiera preguntar.

—Oye amigo, ya no estoy dando servicio...

—Le pagaré lo que desee, hablo enserio...

El chico alzó una ceja, vio que Diego se estaba acercando, así que solo empezó a manejar.

...

"Por favor avísame cuando llegues a casa."

"El enserio no es importante, Jorge,  por favor avísame, te amo."

"Ya llegue."

Apago el celular, lo puso a cargar mientras se acurrucaba entre las almohadas, ¿qué clase de escándalo acababa de hacerle a Diego?.

Bastaron tan solo unos minutos para que Kim y Queen llegaran con botellas, helado y pañuelos.

—¿Qué te hizo ese desgraciado? —dijo Kim, Jorge no había parado de llorar desde que las llamó, ni siquiera podía hablar bien— Jorge... ¿Te lastimo?

—No... Fue peor...

—¿Te pego? —preguntó Queen, empezando a alterarse— ¡Vamos a la policía ahora mismo!

—No... —Ambas chicas no entendían, solo se sentaron frente a él, él suspiró, limpiando sus lágrimas con tristeza— Le hice una escena de celos, horrible, enserio, absurda...

—Ay... Coky...

—En vez de enojarse, de gritarme, de pegarme... Solo me pidió una explicación —susurro— Yo... ¿Quería pelear? ¿Estoy mal?

—No estas acostumbrado a una relación sana, Jorge... Es más, tampoco Queen y yo, ambas creemos que arreglamos todo gritándonos, siendo hiriente... Pero él hace lo que todas las personas deberíamos de hacer hablar.

Jorge suspiro mirando a ambas mujeres, negó, cerrando sus ojos.

—El a tenido tantas parejas... —susurro, ambas chicas suspiraron— parejas mucho más importantes que yo... El... El tenía sexo con el... Nunca me a contado bien pero no le gustaba... Aún así siempre estaba para el... Siempre... Ellos no se amaban por las castas, por lo económico, ellos de verdad sentían algo...

—Exactamente igual a como está contigo... Jorge, el té ama... Esta contigo por amor, no por obligación, contrato, dinero, te quiere, yo lo noto.

—¿Enserio?

—Si no te quisiera no hubiera intentado contenerse, obviamente se enojo, bonito, es su privacidad, y aun así intento hablar contigo, sin gritos ni golpe, claramente te ama, solamente tú no estás acostumbrado a eso...

Jorge suspiro y abrazó sus piernas, sin saber ya que más decir, solo tomó la botella y le dio un gran trago, antes de acostarse en la cama, con sus amigas junto a él.

Solo quería dormir.