Capítulo 17.- Dolor, melancolía y una semana larga.

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Valka y Estoico llegaban en un taxi a la casa de su difunta prima, que vivía en Verona, era una ciudad pintoresca de Italia, pero claro que no se veía así, ya que ese día se encontraba nublado y el ambiente se sentía muy triste, después de todo, un familiar había muerto. Al entrar a la casa vieron a varias personas, unas lloraban, otras solo conversaban, Valka vio a una de sus primas y se acercó a ella, Catrina era su prima menor, ella al verla se dejó caer en llanto en sus brazos, mientras ella derramaba unas cuantas lágrimas.

- No puedo creer que se fue - le decía su prima llorando - hace una semana se encontraba muy bien.

- Es muy lamentable - decía Valka triste - ¿Cómo esta Guy?

- No ha salido de su habitación - le comentaba su prima - creo que lo está llevando mal, pero ese no es todo el problema.

Valka y Estoico se sentaron junto a Catrina en la mesita de la cocina, mientras esta servía unas tazas de café, ella los ponía al tanto de la situación en la que se encontraba Guy.

- Guy tiene 17 años de edad, su único pariente cercano era su madre que falleció el día anterior, de su padre ni hablemos, él nunca estuvo en su vida, por el contrario, en el momento que se supo de existencia de Guy, el muy sinvergüenza se fue, sin siquiera decir adiós - le explicaba Catrina - él no ha querido salir, ni siquiera quiere comer, está muerto en vida.

- ¿Qué va a pasar con él? - le preguntaba Estoico - ¿Quién cuidara de él?

- Nadie, nadie quiere hacerse cargo del chico - decía Catrina bajando la mirada - yo no puedo hacerme cargo de él, mi trabajo es de azafata, ni siquiera tengo tiempo para mí.

- ¿Qué hay de Benoni o de Carlo? - le decía Valka un poco alterada - ellos podrían cuidarlo.

- No lo harán - le comentaba Catrina - Benoni dice que no tiene tiempo, mientras que Carlo, él dijo no, no dinero.

Después de un rato de charla, Valka decidió ir con un par de sándwiches a la habitación de Guy, el chico tenía que comer, aunque fuese un bocado, toco la puerta y nadie respondió, pero eso no la detuvo, ella paso y vio a un chico de la misma edad que su hijo, sentado en una silla mirando a la ventana.

- Hola Guy, soy tu tía Valka - le decía ella mientras ponía el plato con los sándwiches en la cama - ¿Te importa si me quedo aquí un rato? Me desespere de estar ahí abajo.

- No hay problema - le contestaba el sin girar a verla - ¿De dónde es usted? Su acento no es italiano.

- Soy de Noruega, tu madre y yo éramos primas lejanas, aun así nos hablábamos seguido - al decir esto Guy había girado su cara a verla, Valka noto que los ojos del muchacho mostraban una gran hinchazón por las lágrimas derramadas, su mirada era triste y llena de soledad, ella agarro uno de los sándwiches - ¿Te importa si cómo? Tengo un poco de hambre, no como nada desde que salí de mi casa, puedes tomar uno si gustas, hablando de ello, tengo que hacer una llamada a mi hijo, ¿No hay problema si le marco estando aquí verdad?

- No, no lo hay adelante - le contestaba él un poco nervioso.

Valka comenzó a marcar a Hiccup, ella miro hasta donde estaba Guy y este solo la miraba mientras tomaba un sándwich. Hiccup no tardo en contestar y eso le sorprendió un poco a ella. Guy noto que la conversación de la otra línea se escuchaba a la perfección.

- Hola hijo, como está todo por allá.

- Bien mama, hemos estado bien, ya le di de comer a todos.

- Eso me alegra y tu tío Bocón.

- Dormido en uno de los sofás de la sala.

- Cielos, vaya niñera que he conseguido.

- Eso me ofende, quiere decir que ni tú, ni mi padre confían en mí, me puedo quedar solo unos días.

¿Podemos enamorarnos? Where stories live. Discover now