Capítulo 13.

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Oigan, díganle a estas dos que ya se amen, diosmio

Disfruten:)

***

Intentaba de todas las maneras tratar de no pensar en las palabras de Freen en aquel baño, pero en  mi mente resonaban una y otra vez como un disco en repetición; siempre me había preguntado el por que de su desprecio, y ahora lo entendía, ella no me conocía, y no tenia el derecho a juzgarme de ese modo. He estudiado toda mi vida para poder lograr lo que mas deseo, y aunque he tenido complicaciones por mis ataques de ansiedad, se que en algún momento podre controlarlos y convertirme una una excelente cirujana. 

No quería mencionarle a Sarocha sobre dicha conversación que escuche, pues probablemente ella me trataría de entrometida o algo por el estilo, pero no podía evitar repetir esas palabras cada vez que la veía. 

Sin embargo, no todo era malo en nuestra relación, a decir verdad, estaba agradecida con ella por haber pedido mi presencia en la cirugía, ya que el doctor Smith jamas tuvo el valor o si quiera la intensión de tomarme en cuenta, algo que Sarocha si había hecho. 

Por poco me desmayo, pero lo hizo. Y yo me encontraba demasiado agradecida, pues si continuaba de ese modo, tal vez podría superar poco a poco mi miedo.

Me estaba preparando mentalmente para las próximas cirugías que probablemente ella tendría, sabia bien que era una doctora muy solicitada así que no me sorprendería si en un día tiene tres cirugías, pero, trataba de no pensar mucho en el miedo que me invadía, ya que no quería tener nuevamente un ataque. 

Mamá y papá estuvieron muy emocionados por mi presencia en el quirofano, y aunque no hice mucho, sus palabras de apoyo me ayudaron a tomar mas valor y por fin tomar la cuerda de mi carrera con ambas manos. 

El que ellos estén orgullosos de mi es mi objetivo, y se que lo voy a lograr. 

En mi día libre, decidí no ir al hospital porque había aceptado almorzar con Billy, quien había buscado el modo de coincidir su día junto al mio, para poder conocerme un poco mas. Me parecía tierno que él colocara tanto empeño en pasar tiempo conmigo, parecía ser un hombre decidido en obtener lo que quiere, sin embargo, recordaba bien la apuesta que había hecho con las chicas, y por ahora querer acostarme con alguien no estaba en mis planes. 

Pero no podría rechazar un almuerzo, eso era un pecado. 

Billy me busco en mi departamento diez minutos antes de la hora acordada, y aquello le sumo bastantes puntos -en la lista de puntos que no existe-, pues una de las cosas que siempre me ha gustado de las personas, cuando quiero salir con ellas, es la puntualidad; fuimos en su auto hacia un restaurante algo alejado del hospital, él quería salir un poco del tema de nuestro trabajo y por primera vez en mucho tiempo, yo también quería olvidar un poco lo que era estar en dicho edificio. 

Seguía apreciando su caballerosidad, su manera de estar atento a lo que necesito, tal vez, si no pensara tanto en dicha apuesta, le podría dar una oportunidad.

Solo tal vez. 

- ¿Ya te acostumbras a Londres? -Pregunto en cuanto el mesero se retira con nuestras ordenes. Él mira alrededor y sonríe, entrelazando sus dedos sobre la mesa.- 

- Eso intento. Es algo frió, nada comparado al clima de Tailandia, pero me agrada. -Habla con sinceridad.- Es muy lindo este restaurante. -Billy continua mirando el lugar, maravillado con la decoración.-

- Sirven buena comida, y la atención es muy buena. -Explico, el hombre deja de lado su curiosidad y fija su vista en mi.- ¿Se quedaran aquí en Londres? -Bebo un poco de agua, la cual había pedido recientemente.-

Butterfly. (FreenBecky)Where stories live. Discover now