Capítulo 56

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Mi mente no ha dejado de darle vueltas al asunto de Stephanie desde ayer después del velorio de Nina. No importa que Eslay me haya dicho que es imposible, que solo confundí a alguien más. Y no puedo hablar sobre esto con Chase, al menos no hasta que esté de regreso. Cassie no me ha enviado mensajes, así que quiero asumir que las cosas entre ambos se han solucionado, esperando que Cassie no haya asesinado a mi hermano.

No pensé demasiado bien las cosas.

Sin embargo, no me quise quedar de brazos cruzados, así que hablé con Doug al respecto. No hay mucho que él pueda hacer para ayudarme, pero si le decía a Matt, lo más probable es que hubiera obtenido la misma respuesta que tuve por parte de Eslay, así que aunque con Doug es un poco más tardado, definitivamente obtendré respuestas; después de todo, aún tenemos contactos que pueden ayudarnos.

—River —me llama Axe desde el asiento del conductor, y lo miro aún un poco distraída en mis pensamientos—. Eslay ya está aquí.

—Oh, bien —murmuro. Le doy un toque en el hombro a modo de despedida, y le sonrío—. Ya puedes volver a la mansión a seguir con tu trabajo. Gracias por traerme.

Destrabo la puerta y bajo del auto, en el momento exacto en el que Eslay se me acerca. Su ceño se frunce al momento de ver mi vestimenta, pero de igual manera pasa una mano por mi cintura y deja un suave beso en mis labios.

—Te pedí que usaras pantalones para esta ocasión —me reprocha. Entrelazo nuestras mano y le doy una sonrisa inocente mientras comenzamos a caminar hacia la entrada de la clínica.

—Los pantalones so incómodos para mí —me excuso, y es cierto. Odio la manera en la que un pantalón me restringe el movimiento, se pega a mi entrepierna y me irrita la piel de las piernas con la fricción—. Es hermoso el pantalón que compraste, pero…

Una falda luce tus piernas y te da movilidad —repite lo que le dije al momento que llegó con la prenda—. Pero es otoño, River, hace frío. Deberías cuidar más de ti.

—Bebé, tengo muchas pantimedias de invierno…

—¿Cómo me llamas? —me interrumpe.

Omitimos la recepción y vamos directo al elevador.

Levando la vista y veo una media sonrisa en sus labios—. ¿No lo sé?

—¿Me llamaste bebé?

—Tal vez. —Sonrío con inocencia, y él se inclina, llevando una mano hasta mi mejilla, y cubriendo mis labios con los suyos—. ¿Te molesta? —pregunto en tono bajo, entre besos.

—Para nada, sigue llamándome así.

El suave e inocente beso termina convirtiéndose en uno un poco más profundo, al momento en que los dientes de Eslay atrapan mi labio inferior. Por poco nos olvidamos que estamos en una clínica, sin embargo, el sonido de las puertas del elevador abriéndose nos devuelven a la realidad y nos subimos en él. Se apoya contrala pared, y me hace poner delante de él con la espalda apoyada en su pecho, para que así su mano se pose en la cima de mi vientre.

—Te llamaré printsesa.

—Siempre me llamas así, ¿qué significa? —Apoyo la cabeza en su pecho y levanto la vista hacia su rostro.

—“Princesa” —responde, y deja otro suave beso en mis labios, haciéndome suspirar—. Y tendrás a mi heredero.

Río—. ¿Ahora eres mi príncipe? —Levanto mi mano hacia su mejilla y acaricio con suavidad su barba. Es un poco relajante hacerlo—. Un heredero de la mafia… Suena peligroso.

—Contigo como su madre, estoy seguro de que hallarás una forma de hacerlo seguro para él —se burla. Podría contestarle, pero no se me ocurre nada, así que solo frunzo el ceño en su dirección, y al momento de llegar al piso del consultorio de John, entrelaza nuevamente nuestras manos y caminamos juntos hacia la puerta con la gran placa de metal con el nombre de mi obstetra.

De un Mafioso | Clan Crawford #1Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt