Capítulo 61

66.3K 4.5K 148
                                    

Dos días me resultan más que suficientes para no tener a Yefrem a mi lado; me resultan agotadores, exhaustivos… No he tenido un momento de paz, ya sea porque estoy rompiéndome el cráneo a escondidas de Axe y Troch para poder encontrar algo por mi cuenta, porque no sé qué está pasando con Eslay en el territorio aliado, pero que aún así sigue siendo el territorio enemigo, y cada pequeña cosa se convierte en una preocupación monumental después de no haber podido dormir más de media hora en todos estos días.

Cualquiera diría que para este momento debería estar desmayada del cansancio, pero la adrenalina, mezclada con un poco de cafeína, me mantienen activa y alerta. Cuando Eslay llegó con Pablo, pensé que después lo tendríamos fácil, que Eslay no debería presionar por más tiempo para obtener la información que queremos.

Error.

Pablo resistió como un gran hijo de puta inmortal, o algo así. Ni siquiera quiero pensar en la clase de cosas que Eslay y los demás están haciendo con él en la habitación de allá, he oído un par de gritos cuando intenté acercarme, e inmediatamente me arrepentí. Decidir esperar a que Eslay me informe sobre cualquier cosa que salga de su boca me resultó más coherente… Bueno, eso, hasta el momento en que llegó a la habitación y dijo que Pablo no hablaría sin mí presente.

Y teniendo en cuenta que lo único que dijo sin mí presente es que Yair todavía está con vida, no dudo ni un instante en ponerme de pie y acceder a verlo, sin importar qué tan grotesca Eslay diga que es la escena. Conozco a Yair y sus hombres lo suficiente como para saber la clase de cosas que son capaces de hacer… Me tocó vivirlo.

Solo tengo que darle una mirada a Eslay, un apretón de manos cariñoso, y eso es todo lo que necesito para convencerlo de que está bien ver lo que sea que estén haciendo con él. De hecho, yo misma creí que me encontraba en condiciones de presenciar la atrocidad, pero me equivoqué. Apenas cruzamos la puerta, me estremezco ante el panorama: sangre y vómito por cualquier lado del piso, Pablo cubierto con sus propios fluidos, y la cantidad impresionante de elementos que, más que obviamente, utilizaron para la tortura.

Mi estómago se revuelve a ver algunas partes de su cuerpo mutiladas en el piso, y tengo que contener el impulso de querer vomitar. Me compongo lo mejor que puedo, pero aún así me mantengo contra el cuerpo de Eslay buscando algún tipo de sostén y confort.

La voz de Pablo al hablar es extraña, al igual que Eslay, tiene un acento, pero su tono burlón y el desprecio en cada palabra que suelta, no hacen más que volver cualquier atributo a nada más que repulsivo. Troch lo castiga, y Chase no se queda atrás; Eslay tiene la intención de moverse y efectuar él mismo algo, pero simplemente se tensa a mi lado, apretando la mandíbula.

Entonces Pablo abre los ojos, clavándolos en los míos mientras una sonrisa maligna comienza a dibujarse en su hinchado rostro, mostrando que algunas piezas dentales ya no están en el lugar en el que deberían estar.

—Donde todo comenzó, donde todo debió ser. Ese es el mensaje del jefe para ustedes —recita, como si hubiera estado ensayando esa frase una y otra vez para este día.

—¿A qué te refieres? ¿Dónde todo comenzó di…? —Eslay se detiene a sí mismo, y levanto la vista para notar su expresión pensativa, tornándose lentamente en una de realización, como si ya entendiera el significado de esas palabras.

Sin decir ni siquiera una sola palabra, suelta mi cuerpo y sale de la habitación dejándome desconcertada, al igual que a los demás, porque no da ninguna explicación. Chase suelta a Pablo, dejándolo caer, y es el primero en ir tras Eslay, seguido por Troch; Matt, aún en la repulsiva habitación conmigo y Pablo, sujeta mis hombros con delicadeza y me saca de la habitación, por supuesto, cuidando que la sangre en él no llegue a mí.

De un Mafioso | Clan Crawford #1Where stories live. Discover now