4.-Trato sellado con los labios

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Con el vestido de novia aún puesto, pero sin bragas debajo de la ropa, Andrea se arrodilló frente a Dante, quien sonriendo maliciosamente, desabrocha los botones de su fina camisa.

Acto seguido, desabrocha su cinturón y comienza a bajar su bragueta.

Con el corazón latiéndole a mil por hora, Andrea mantiene la mirada hacia el suelo, con las mejillas enrojecidas, pues es la primera vez que estará frente a un hombre desnudo

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Con el corazón latiéndole a mil por hora, Andrea mantiene la mirada hacia el suelo, con las mejillas enrojecidas, pues es la primera vez que estará frente a un hombre desnudo.

El mafioso sujeta la quijada de la rubia obligándola a levantar la mirada y al hacerlo, la ojiazul no puede evitar mostrar un gesto de sorpresa al mirar por primera vez la hombría de Dante, la cual es de un tamaño asombroso.

El falo se contonea imperiosamente frente al rostro de la chica, provocando que sus mejillas se enciendan aún más por el calor de la vergüenza.

Andrea levanta un poco más la vista y observa el musculoso abdomen del barbado, el cual brilla como un bronce dorado, más arriba un pecho cubierto de vellos oscuros que acentúan aún más la masculinidad del mafioso.

Finalmente, la mirada de la rubia se encuentra con los ojos negros de Dante, quien sonríe con un aire de superioridad, sintiéndose orgulloso de su cuerpo y también de su hombría, la cual ha dejado más que satisfechas a muchísimas mujeres.

Andrea traga saliva con temor y también excitación, pues ahora, un hombre sexy y ardiente, con un cuerpo envidiable delineado por músculos increíbles, está frente a ella semidesnudo y con ganas de sexo salvaje.

Lo que más impresiona a la chica es el pene del hombre, el cual ya está erecto, llegando casi hasta el ombligo del mafioso, rezumando generosamente lubricante en su cabeza hinchada.

Se ve tan grande y pesado que deja sin aliento a Andrea. La joven no puede imaginar lo que ocurrirá cuando ese hombre de impresionante tamaño se apodere de ella y se convierta en el primero en entrar en su intimidad... en desflorarla.

Dante rompe el silencio con una pregunta: ¿alguna vez has chupado una verga?

Sonrojada, Andrea responde: No...

El mafioso sonríe de manera arrogante y agrega: ¿Tu boca también es virgen?

Sintiendo que sus ojos negros como la moche queman su rostro, la rubia asiente con la cabeza: sí, mi boca... también...

El color carmín en las mejillas de la ojiazul evidencian que le avergüenza hablar de ese tipo de cosas y más aún, hablar abiertamente con un desconocido sobre su vida privada.

7 noches con el mafiosoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant