Andrea, una bella y virginal joven se ve obligada a hacer un trato con Dante Santoro, un mafioso, para salvar la vida de su prometido.
*Vuelvo a resubir esta historia, que fue borrada por Wattpad, espero su discreción.
*Historia +21, con lenguaje vu...
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/////// Unas semanas después ///////
Dante ha estado ausente. Se ha ido de viaje de negocios y Andrea y él se mantienen comunicados solo por mensajes de vez en cuando.
Él le pregunta: ¿Cómo va todo? ¿Cómo está el bebé? ¿Cómo te sientes?
Andrea le responde lo habitual, respuestas de una sola palabra: Bien.
Una sensación le desgarra el pecho a la rubia... lo extraña. ¡Mucho!
Ahora sólo podía pensar en él. Y no podía luchar contra ello.
¡No puede luchar contra esos estúpidos sentimientos!
Una noche más pasó en la mansión... se duchó, se puso una fina bata de seda y decidió leer un poco, navegando por Internet mientras estaba tumbada en la cama.
Dante le regaló una tableta, un teléfono nuevo y una montaña de ropa. Es generoso con los regalos.
Pero Andrea daría cualquier cosa por conseguir su corazón. Sólo quiere su gran y fuerte amor.
De repente, la ojiazul escuchó pasos fuera de la puerta, y se tensó. Dejó la tableta a un lado y escuchó.
Dante estaba de viaje de negocios, pero ¿quién se colaba en su habitación con tanta confianza? A juzgar por el rápido paso, debe ser el dueño de la casa. No le costó aprender a detectar sus pasos.
La puerta se abre y el mafioso entra en su habitación. La silueta es enorme, impresionante. El olor a gel de ducha fresco y a energía infinita le hace cosquillas en las fosas nasales.
Dante Santoro está de pie junto a la puerta, con una bata de seda negra que envuelve sus músculos de forma muy sexy. La fina tela se pegaba literalmente a su cuerpo debido a la humedad. Un imponente bulto sobresalía entre sus piernas. Su verga parece estar erecta.
Él la mira fijamente como un tigre antes de saltar. Una fracción de segundo antes de sumergirse en la jugosa carne de la sabrosa caza.
Andrea salta de la cama, sorprendida: ¿Dante? Creí que seguías de viaje...
El ojinegro no responde a sus preguntas.
Está claro. Volvió sin avisar. ¿Quería sorprenderla? ¿O era una prueba? ¿Quería pillarla en un mal momento para ver qué hacía en su ausencia y si se estaba portando bien?
Andrea retrocede: ¿Qué pasa?
Dante se lame los labios insidiosamente, y sus ojos bestiales la atraviesan.
