21.- Escape

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A pesar de las súplicas de Andrea, Dante, después de usarla y satisfacer sus instintos carnales, decidió llevarla a una clínica privada de última generación para practicarle un aborto

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A pesar de las súplicas de Andrea, Dante, después de usarla y satisfacer sus instintos carnales, decidió llevarla a una clínica privada de última generación para practicarle un aborto.

Las puertas de cristal se abrieron ante los nuevos visitantes. El mafioso y la chica entraron en la clínica.

- No, Dante. ¡No lo hagas! - Susurró ella suavemente, pero sus palabras no son nada ante el varón. No responde.

Andrea: ¿Por dinero? Todo es por el dinero...

Él se detiene bruscamente, tirando de la rubia, clavando sus dedos calientes en los suaves pómulos de la fémina.

Andrea observa fijamente el abismo de los ojos del hombre y alcanza a percibir débiles chispas de arrepentimiento. Entonces se da cuenta de que a él también le cuesta hacerlo.

Está actuando deliberadamente como un completo sinvergüenza. Un hombre poderoso como él no debería mostrar debilidad. Frente a sus subordinados, frente a otras personas.

Hay algo que lucha dentro de Dante Santoro. Como el bien y el mal.

Una voz femenina desconocida suena detrás de él: ¡señor Santoro! ¡Buenos días!

Andrea y Dante se dan la vuelta al mismo tiempo.

Se trata de una mujer regordeta de baja estatura con una bata blanca. Sonríe ampliamente. Al verla, Dante libera a la chica de su fuerte agarre.

Dante pregunta: ¿Está todo listo?

Enfermera: Sí, adelante.

La enfermera les da la espalda y les hace un gesto para que la sigan.

El mafioso sujeta de la mano a la ojizul y la aprieta: ¡No seas tonta, Andrea! Mi paciencia no es precisamente inquebrantable.

Un hombre grande y voluminoso está a lado de Andrea... es uno de los guardias de seguridad de Santoro.

Ese hombre se abre ligeramente la chaqueta y la rubia traga saliva cuando ve la empuñadura de una pistola que sobresale inquietantemente de la cintura de su pantalón.

Obligada y amenazada, Andrea entra en el amplio y luminoso despacho médico. La enfermera se da la vuelta, mira con severidad a la joven y le dice en tono firme: Toma asiento.

La puerta detrás de Andrea se cierra inquietantemente.

Momentos después, un médico empieza a interrogar a la ojizul y a rellenar el papeleo necesario.

7 noches con el mafiosoWhere stories live. Discover now