23.- Firma

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"Señores, les sugiero que lean el contrato y procedan a firmarlo"

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"Señores, les sugiero que lean el contrato y procedan a firmarlo".

Eso dice uno de los abogados, entregando copias del importante documento a todos los reunidos en la sala.

Ahora hay cuatro personas en la oficina de Dante Santoro. Se preparan para cerrar el trato.

Andrea es el eslabón clave. Tendrá que dar a luz a un niño para entregarlo a una familia poderosa y luego desaparecer para siempre, abandonándolo.

La rubia se sienta en un sofá, en la misma esquina de la sala, con una taza en la mano, nadie le presta atención todavía. Se limita a observar cómo los hombres leen el contrato, no dudan en hacer preguntas al abogado y discuten algo entre ellos en voz baja.

Todo está resuelto.

Andrea está muy nerviosa. Quiere correr sin pensarlo dos veces, pero ¿a dónde? Con una casa llena de guardias. ¿Qué puede hacer?

Y entonces se consuela pensando que el bebé estará mejor al cuidado de un millonario que con ella.

Después de todo, él le dará al bebé una vida de lujo, mientras que ella... no podrá darle nada bueno. Excepto su amor sincero.

¿Pero qué es el amor para un bebé? No lo salvará de ser alimentado y calentado físicamente. Santoro tiene suficiente dinero para comprar un país entero y convertirse en presidente.

La rubia cree que su bebé vivirá como en un cuento de hadas...

De repente, un contrato y un bolígrafo se le ponen delante de las narices. Los lugares que tiene que firmar están marcados.

La palma caliente de Dante se apoya en el hombro de la ojiazul.

Dante: Firma, Andrea.

En voz baja pero sugerente le dice, envolviéndola en el poderoso calor de su fuerte cuerpo, que por un breve momento se aprieta contra el suyo.

A la rubia le tiemblan los dedos. La firma sale descuidada. No firma con tinta sino con sangre. Al menos eso le parece a ella.

Dante toma el papel y se lo entrega a su abogado, alejándose de la chica, a quien la pena le apuñala el alma.

Gustavo Salvatierra se levanta y esconde el contrato en su maletín de cuero con una mirada satisfecha.

Al final le da la mano a Dante y se aleja con la mirada de un hombre que ha ganado mil millones de dólares.

Andrea comprende por qué Salvatierra parece tan feliz: está contando en su cabeza el dinero de los negocios rentables.

7 noches con el mafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora