7.- Rota

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Andrea ahogó un gemido y se llevó la mano a la boca al sentir su brusca invasión.

Dante gruñó y la agarró de las caderas: Acostúmbrate a la verga que te cogerá a partir de hoy por las siguientes seis noches...

El mafioso comenzó a moverse, retomó el ritmo de sus embestidas que cada vez eran más insoportables, en tanto que el rostro de la rubia reflejaba con nitidez el dolor que sentía, lágrimas cristalinas se deslizaban por sus mejillas y sus labios estaban cerrados, no gritó ni se quejó, salvo algunos gemidos que le fue imposible contener.

El barbado tampoco dijo nada, los movimientos bruscos y salvajes eran el único sonido que resonaba dentro de la habitación.

Naturalmente ella intentaba ignorar todo lo que estaba ocurriendo, sus ojos estaban fijos en la enorme ventana, observando la terraza impaciente por ver los primeros rayos de sol que darían inicio a una nueva mañana y al fin de su tortuosa noche.

La oscuridad aún prevalecía en la habitación mientras Dante entraba y salía de ella con rudeza y violencia, una intensidad que la perforaba muy hondo, la noche continuaba y la dura erección cavaba más profundo en su vagina.

La oscuridad aún prevalecía en la habitación mientras Dante entraba y salía de ella con rudeza y violencia, una intensidad que la perforaba muy hondo, la noche continuaba y la dura erección cavaba más profundo en su vagina

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Andrea sacudió las caderas con impotencia sintiendo cómo sus piernas temblaban, pero él no la dejó ni salió de ella, sino que empujó más y más.

Después de un largo tiempo, él dejó de embestirla, se detuvo y permaneció inmóvil, sin embargo se mantuvo encima de ella. De nuevo, la ojiazul se sintió aún más llena, esa sensación de ser llenada por fluidos la estremecieron a pesar de lo llena que ya estaba.

Con el enorme pene del barbado insertado y un líquido caliente inundándola, Andrea se sentía hinchada allí debajo.

La sensación fue extraña para la chica cuando él la obligó a mirarlo tomándola de la barbilla, y aún más electrizante fue el momento que unió sus labios con los de ella, la besó en la boca y el contacto la hizo sentir el cuerpo sudoroso de él, mientras se vaciaba en su feminidad.

Se detuvo dentro de ella mientras la miraba extasiado ¿había terminado su deseo de poseerla? ¿podría ahora descansar y permitirle estar libre de sufrimiento? Mientras por la mente de Andrea surgían aquellas preguntas, vio que lo que esperaba con ansias llegó, eran los primeros rayos del sol ingresando por el ventanal.

Pasaron varios minutos hasta que Dante suspiró con pesadez y la acomodó en la cama, poniéndola delante de él y aún dentro de ella,

La cubrió con la sabana al notar que temblaba, pero Andrea sabía que no temblaba por el frío, sino por lo que el mafioso le ha hecho.

7 noches con el mafiosoWhere stories live. Discover now