39.- Reencuentro apasionado

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Una hora después que Dante abandonó la mansión, Andrea escuchó que alguien llamaba a la puerta de su habitación.

La rubia limpió apresuradamente las lágrimas de su rostro y permitió el paso de la persona que tocaba su puerta... era Franco, el primo de Dante.

Franco: ¿Estás triste por la partida de Dante? ¡Vamos! ¡Él volverá antes del nacimiento de su hijo! Mientras tanto, yo estaré contigo para hacerte compañía, verás que no la pasarás mal.

Andrea intentó sonreír, aunque le sorprendía la actitud de Franco, quien se mostraba muy amable, pero ella no se confiaba del todo.

Franco: Anímate, no es bueno para el bebé que estés triste.

La chica asintió comprendiendo que Franco tenía razón. Acicaló su cabello rubio y se quedó mirando a los ojos del varón, perpleja.

Franco: ¡Vamos! ¿Quieres que te lleve de compras ¿O tal vez a un salón de belleza? ¿O a un restaurante? ¿Al cine, al teatro? Sólo tienes que decirlo.

Andrea: Yo... yo no...

Franco: ¡No aceptaré un no por respuesta! ¡Iremos a donde quieras, pero no vas a quedarte encerrada!

El primo de Dante no dejó a Andrea decir ni una palabra. La agarró del brazo y la condujo hacia la salida de la casa. Media hora más tarde, estaban en el centro comercial.

Franco hacía cualquier cosa para lograr que Andrea se sintiera cómoda y ella comenzó a fiarse, entendió que el primo del hombre que amaba no era una mala persona.

Pero solo podía brindarle su amistad.

Pero solo podía brindarle su amistad

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***

Unos meses después

Como lo advirtió, Dante está fuera en viajes de negocios, y Andrea solo sabía de él por llamadas y mensajes de celular, en tanto que de Victoria, no había escuchado una palabra.

Franco estaba con Andrea todo el tiempo, y ella se sentía cómoda y libre para hablar con él de cualquier cosa.

Aun así, la rubia echaba mucho de menos a Dante. La separación no ha matado sus sentimientos por él; al contrario, los ha intensificado diez veces.

Para no estar triste y perjudicar al bebé con su estado de ánimo, la ojiazul cuidaba de su salud, de su alimentación y se preparaba para el parto. Visitaba regularmente la clínica, donde especialistas la supervisaban para el próximo día del alumbramiento.

7 noches con el mafiosoWhere stories live. Discover now