Capítulo 18: Sky

2 1 0
                                    

Huyo por el bosque que está cerca. No tengo rumbo ni destino. He matado a esa criatura. Mi dueña me odiará, me despreciará. Sé que merezco el peor de los castigos.

Ella se veía feliz con esa pequeña criatura. La amaba con todo su corazón. Si no hubiera reaccionado así, si no hubiera matado a Katzi, si no hubiera lastimado a Serena, tal vez me podría quedar con ella. Tal vez alguien me querría un poco.

Ella me había dicho que yo era alguien, no algo. Estaba escuchando cómo ella creía que yo no era tonto. Estaba tan feliz. Ella no piensa que soy tonto.

Pero cuando hubo un sonido tan doloroso, no pude evitar mover mi brazo con el cuchillo que tenía. Vi con horror cómo la criatura desaparecía como pedacitos de fuego. Serena se acercó. Seguro me iba a golpear. Solo mi cuerpo reaccionó y sentí cómo el cuchillo perforaba su brazo. Vi su asombro, vi su decepción. Vi el dolor en sus ojos. No pude más y salí corriendo del lugar, que por un momento pensé que podría ser un hogar.

Es mi culpa. Soy un monstruo, un asesino. No merezco vivir. Corro sin saber a dónde. Las ramas me golpean la cara, me rasgan la piel. No me importa. Nada me importa. Estoy solo, perdido, abandonado. Nadie me quiere, nadie me necesita. Soy un error, un fracaso. Ojalá pudiera volver atrás.

Estoy exhausto, no puedo seguir huyendo. He perdido la noción del tiempo, solo sé que he corrido sin parar. El dolor que me oprime el pecho es más fuerte que las heridas de mi cuerpo. Busco refugio debajo de un árbol. Tengo que escapar, pero ¿a dónde? Nadie me va a aceptar, nadie me va a tratar como ella.

Oigo unos pasos cerca, me he quedado dormido entre sollozos. Quiero ponerme de pie, pero mis piernas no me obedecen.

— Sky, no pasó nada, Katzi es un ser elemental, lo que viste era su esencia, no una forma corpórea, yo soy la única que la puede tocar en esa forma.

Ella está frente a mí, en una mano lleva unas bolsas grandes y otras cosas, el otro brazo está vendado. Me alivia saber que la criatura está bien, pero igual la herí, merezco ser castigado, si me castiga lo suficiente tal vez me deje quedarme con ella.

— Yo puedo ser pequeña, pero soy fuerte y gracias a Katzi me curo rápido, esto —señala su brazo— es un raspón, nada de qué preocuparse, así que no estoy molesta contigo.

— Yo lo... lo siento —balbuceo, esperando su perdón.

— Sky, esto no es tu culpa, es mía, sé que eres sensible a los ruidos y me olvidé de quitar el sonido al microondas, debí explicarte antes que Katzi no es corpórea, y no debí dejar cuchillos ni nada con lo que te pudieras lastimar cerca.

Yo solo siento que estoy llorando, aprendí que no debía llorar, pero ahora no puedo detenerme, ella intenta acercarse y yo retrocedo con miedo.

— Este bosque, mi casa y lo demás está en una isla protegida contra enemigos, contra clima muy extremo, pero tiene que llover y dejar pasar las estaciones para que podamos cultivar y crecer. —Me habla con suavidad, tratando de calmarme. Yo solo la puedo mirar, no sé qué responder.

— Cada cierto tramo de bosque, si miras arriba de algún árbol, vas a ver unas mochilas como esta —me enseña una bolsa de un color llamativo—. Dentro encuentras un poco de ropa, algo de comida, una pequeña carpa y una manta. Ella empieza a sacar y mostrarme los objetos, despacio los deja cerca de mí sin acercarse mucho.

— Aquí tienes un poco más de frutas y en este envase tienes una sopa, se va a mantener caliente, para abrir giras aquí, hay agua y otras cosas para que estés cómodo.

Siento que se me cae el mundo, me va a abandonar, ya no quiere ser mi dueña.

— Si quieres, puedes quedarte en el bosque, pero no puedes cazar animales, mucho menos crías, tarde o temprano te encontrarás con personas, unos son lobos, otros brujos, hadas o vampiros, todos han tenido una vida como la tuya, así que si los ves, no los asustes ni te asustes, si tienes hambre o quieres ropa, se lo dices y cualquiera de aquí te lo va a dar.

ALFA VENDIDO: CADENAS ROTASWhere stories live. Discover now