Capítulo 35: Max

9 0 0
                                    

Han pasado tres semanas desde que Serena cayó en coma y Katzi se debilitó. No me he separado de Katzi ni un momento, ni he podido ver a Serena. Bianche la rodeó con una barrera, como una burbuja de tiempo, para que Katzi tuviera el tiempo suficiente de recuperarse y curarla. Es lo único que nos queda.

En estas tres semanas, no he querido salir de la fortaleza. No tengo ánimos de nada, solo de estar con Katzi y esperar a que Serena despierte. Sé que darle parte de mi energía a Katzi me desgasta, me hace bajar de peso muy rápido, pero no me importa. Lo haría mil veces si eso significa salvar a mi mate

Lo que me fastidia es la insistencia de todos por qué coma bien. No dejan de traerme comida, de decirme que coma, que descanse, que me distraiga. No entienden qué no puedo, que no quiero. Que solo quiero estar con ella.

El alfa Stefan me ha visitado varias veces. Bueno, en realidad viene después de pasar horas intentando conquistar a Tormenta para que lo acepte como su mate. Tormenta también lo está pasando mal por lo que les ha pasado, pero no se da por vencida. Ella cree que todo saldrá bien, que Serena despertará. Ella me anima, intenta consolarme, pero me regaña la mayoría de las veces.

Drew y mi madre también me visitan a menudo. Ella sabe lo que es perder a un mate, lo que es sufrir por amor. Mi madre me ha cosido una bolsa para llevar a Katzi en el pecho, para que esté más cómoda y más cerca de mí.

Pero nada de eso llena el vacío que siento en mi corazón. Nada de eso me hace olvidar el dolor que me causa no ver a Serena, no tocarla, no hablarle. Nada de eso me hace perdonarme por lo que le hice, por lo que le dije, por lo que no le dije. Nada de eso me hace sentir vivo.

Solo ella puede hacerlo. Solo ella puede salvarme. Solo ella puede hacerme feliz.

Serena, mi mate, mi luna, mi vida.

●— Max, ya me siento más recuperada. Voy a tratar de curar a Serena con mi energía —me dice Katzi con voz suave.

●— ¿De verdad, Katzi? ¿Puedes hacerlo? —le pregunto con esperanza.

●— Sí, Max. Puedo hacerlo. Pero tienes que seguir esperando. No sé cuántos días me lleve. Serena está muy débil—me dice con sinceridad.

●— Está bien, Katzi. Está bien. Esperaré lo que haga falta. Solo quiero que ella se ponga bien —le digo con tristeza.

●— Lo sé, Max. Lo sé.—me dice con cariño.

●— Gracias, Katzi.—le digo con gratitud.

●— Y tú el mejor amigo que he tenido, Max. Ahora déjame ir, Max. Déjame ir con ella —me dice con determinación.

●— Ok Katzi. Cuídate, y cuídala a ella —le digo con emoción.

Katzi vuela atravesando la barrera y desaparece en el cuerpo de Serena. Ahora ya no puedo comunicarme con Katzi, aunque tengo a Logan, ambos nos sentimos solos sin nuestra Katzi.

Leandro y Eryck se acerca a la habitación y me ven con cara de pena.

—Vamos, Max. Vamos a entrenar. Bianche nos avisará cuando Serena esté bien. No se va a morir, Max. Pronto volverá a ser como antes —me dice Leandro con ánimo.

—No tengo ganas, Leandro. No tengo ganas de nada —les digo sin fuerzas.

—Vamos, Max. No te quedes aquí encerrado. Te hará bien moverte un poco, sudar, distraerte. Además, tienes que recuperar tu peso, tu forma, tu fuerza. Eres un alfa, Max. Un alfa sin manada, pero un alfa al fin y al cabo —me dice Eryck con firmeza.

—Está bien, está bien. Pero solo un rato —les digo con resignación. Salgo de la habitación con ellos y me dirijo al campo de entrenamiento.

No me apetece nada, pero sé que tienen razón. Tengo que cuidarme, por mí y por ella.

ALFA VENDIDO: CADENAS ROTASМесто, где живут истории. Откройте их для себя