Capítulo 36: Serena

3 1 0
                                    

Estoy al borde de la muerte, pero no me voy a rendir. Noira, esa bruja que arruinó mi vida con Max antes de conocerlo, tiene que pagar por todo el daño que ha hecho. He gastado todo mi poder y energía en luchar contra ella, pero no es suficiente. Ella es más fuerte y más cruel que yo. Veo llegar a Max al campo de batalla, pero no entiendo por qué me ha rechazado y me ha amenazado con matarme.

A pesar de todo, lo sigo amando con todo mi ser. Katzi pelea a mi lado, tratando de defenderme de los ataques de Noira. En un momento, veo con horror cómo Noira se gira hacia Max, dispuesta a acabar con él. No puedo permitirlo.

—Te dije que acabaría con ella, y luego iré a por ti —escucho cómo Noira lo amenaza y eso me enfurece, no dejaré que lo lastime.

—Serena, detente, perdóname, todo este tiempo te he amado y no me atreví a decírtelo. —la voz de Max se quiebra al hablarme, tengo miedo de creer esas palabras.

—¡Ay, ternurita! Nunca cambias, ¿crees que ella te amará después de saber cómo te usaron? —Noira le dice con una voz que me asquea, no voy a permitir que siga hiriendo a Max.

Le ordeno a Katzi que vaya a proteger a Max, aunque eso signifique perder más energía. Katzi obedece y vuela hacia Max, mientras yo me enfrento de nuevo a Noira.

Entonces, Katzi me habla por nuestro vínculo. Me dice que Max nunca ha querido rechazarme, que la maldición de Noira le ha hecho ver cosas que no son ciertas. Me dice que Max me ama, que me necesita, que me busca.

Siento una chispa de esperanza en mi corazón, una fuerza que me impulsa a seguir luchando. Reúno toda mi voluntad y le lanzo un ataque de fuego final a Noira, que la hace caer al suelo, inerte. Lo he logrado. He vencido a Noira. Me acerco a Noira mientras desde su pecho su sangre brota y humea por mi ataque, me arrodillo a su lado y le hablo.

—Nunca lo lograrás, nunca podré odiar a Max, tú fuiste quien lo hirió y nunca te lo perdonaré.

—Él nunca te verá como mujer, para él eres otro amo que obedecer —Noira escupe sus palabras. Eso me ha lastimado más que los golpes, porque una parte de mí piensa así.

—Tú no entiendes qué es el amor, tal vez no me quiera como su mate, eso no me va a impedir verlo feliz. —le digo mirándola a los ojos con determinación y luego ella da su último respiro y se va.

He salvado a Max. Exhausta y sin fuerzas, me levanto y veo cómo Max se acerca a mí a gran velocidad. Estoy contenta, feliz, aliviada. Pero luego veo que cambia rápidamente a su forma lobuna y siento un escalofrío. ¿Y si todavía está bajo el efecto de la maldición? ¿Y si viene a atacarme? ¿Y si me odia? Eso me duele más que cualquier herida.

Pero antes de que él llegue a mí, siento el zarpazo de otro lobo, que me hace caer al suelo. Levanto la vista y veo a Max peleando con ese lobo. Pierdo el conocimiento y todo se vuelve oscuro.

No sé cuánto tiempo estoy inconsciente, me despierto con una sensación rara, veo a mi alrededor una especie de barrera, la reconozco, es una que coloca Bianche para ayudar con la sanación. Recuerdo mi pelea con Noira, y luego recuerdo cómo Max saltó a defenderme, o fue él quien me atacó, no lo tengo claro.

●—Nos salvó —me dice Katzi.

●—Él quería matarnos cuando nos rechazó —le digo triste.

●—No, él no te vio, después de recuperar sus sentidos de lobo y poder reconocerte, lo que quedaba de la maldición lo afectó, él se vio frente a Noira y Droch volviendo a colocarle el collar y amenazándote, él creía pelear contra ellos, pero cuando el efecto pasó, nosotras nos estábamos yendo y él pensó que lo habíamos abandonado.

ALFA VENDIDO: CADENAS ROTASWhere stories live. Discover now