Capítulo 19: Sky

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Ella no dice nada. Algo le ha pasado. Quiero acercarme a ella cuando Remy me mira y dice:

— Sky, eres un alfa.

— Eres un alfa —repite Serena.

Es evidente que eso le ha sorprendido. Su rostro está pálido. Tal vez es porque no soy omega y eso le gustaba de mí.

— Serena, entonces Sky es... —pregunta Remy levantando una ceja.

— Sí, y es mejor que eso no salga de ti.

— Entiendo. Lo siento. No esperaba que el encantamiento de la bruja también ocultara su verdadera esencia de alfa.

— No te disculpes. Esto es solo culpa de quien le puso ese maleficio horrendo.

Me empiezo a sentir decepcionado. Pensé que ella quería quedarse conmigo. Veo que no le gusta que sea alfa. Si le pido que me trate como omega o que me vuelvan a poner el collar... Ni bien ese pensamiento cruzó mi mente, lo rechacé de inmediato. No debo pensar eso. Ella me ha liberado de una maldición. Me empiezo a sentir raro, pero en un buen sentido.

— ¿En cuánto tiempo su lobo se recuperará? ¿Sus recuerdos? —pregunta Serena.

— Verás, es complicado. El collar se alimentaba de la maldad que le hacían. Por eso era tan fuerte. Y cuanto más lo llevaba, más lo enfermaba, lo enloquecía y lo sometía. Ahora, sin nadie malo cerca, el collar se va muriendo. Tal vez en uno o dos años con gente buena se habría acabado. La maldición no se iría, pero sin el collar que la mantenga, se iría debilitando. Así, primero se sanarían las cicatrices del lobo, luego sus recuerdos regresarían, poco a poco. Luego, su lobo aparecería cuando estuviera listo para transformarse. No sé si le pasó antes o después del collar, así que no sé si sufrirá o no. Pero lo que sí sé es que cuando recuerde todo, el verdadero Sky saldrá y eso será un problema. Como si el de antes viera una película de lo que pasó, sin saber por qué lo maldijeron. ¿Me entiendes? —dice Remy

— Creo que sí —contesta Serena

—¿Su antiguo yo, el que está fragmentado, reemplazará a Sky?

— Tal vez, cuando llegue todo de golpe. Pero luego ambas partes serán una y estará completo.

— Sky, ¿tienes hambre? —me pregunta Serena con su voz tan dulce.

— No lo se. La verdad, estoy cansado.

— Vaya, ¿quieres usar una habitación de aquí para que descanses?— me pregunta Bianche.

No quiero, pero tal vez sea lo mejor. Que me encierren aquí para no ser un peligro, porque sé que cuando recuerde y salga mi verdadero yo, voy a estar molesto. Sé que voy a querer vengarme de todos quienes me lastimaron. No le he respondido y me he perdido en la conversación.

— Serena, es mejor que esté aquí. En tu casa puede ser peligroso. Sé que te sientes responsable por él —le dice suavemente Bianche.

— En realidad, creo que es mejor que estén juntos. Serena es fuerte y tiene a Katzi para que la proteja. Aquí hay más elementos para que él se inquiete. Además, parece que confía un poco en ella.

— Me gustaría que se quedara conmigo, pero no voy a obligarlo. Él es libre de ir donde quiera.

—Quiero estar a tu lado— le digo de repente, antes de que cambie de opinión. Ella me mira con un adorable rubor en las mejillas y asiente. Se le ve bien, feliz, y eso me alegra.

— Bianche, ¿cómo están sus heridas? ¿Ya puede comer más? —Serena le pregunta a la bruja.

Serena se preocupa mucho por la comida. En estos dos días he comido más que en toda mi vida, o al menos en la que recuerdo.

ALFA VENDIDO: CADENAS ROTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora