Perfidia: Deslealtad o maldad extrema.
"las malas lenguas cultas la llamaban Aspasia, como a la mujer de Pericles, aquella que, con su perfidia, llenó de sangre el mundo de las calles de Samos y Megara"
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[...]
– ¿Entonces que vas hacer?
– Pues tomar medidas, tengo que resolver esto ¿O no?
– Claro pero ¿Lo vas a dejar, seguirás con él? ¿Le confesaras lo que sientes?
– ¡Dios no! Si se lo confieso lo único que voy hacer es levantarle el ego, además de darle el poder suficiente para destruirme
– ¿Finguiras demencia entonces?
– Mala idea no es, dejaré que él solito se dé cuenta que me necesita en su vida, por ahora lo ignorare para dejarlo ansioso... Si, eso voy hacer
– Altagracia, sólo estás huyendo del problema, eso no va a ser bueno en un futuro
– Ah pero estoy haciendo algo ¿O no?
– Pero...
[...]
Aunque claro que no era lo único que iba hacer, el haber terminado en manos de su tía después del funeral de sus padres había traído dos cosas buenas a su vida; la brujería y pues el dinero, al menos tuvo la gentileza de casarla con un hombre tan viejo que murió pronto. Iba aprovechar estos días que ignoraria por completo a José Luís para hacerle un endulzamiento, podría ir directo con un amarre pero iba a necesitar ayuda para que esto funcionará y prefería hacerlo poco a poco, así sería más natural sin mencionar que no sabía si querría conservarlo para siempre a su lado, además deshacer un amarre es un trabajo complicado.
Iba a utilizar varias técnicas de endulzamiento, la primera sólo requeriría de una manzana y papel, la segunda un hilo rojo dejado en remojo en miel previamente y papel, la tercera era más elaborada y requería de una ofrenda a ciertos espíritus [nada con sangre cabe aclarar] iba a necesitar una vela, monedas de oro, unas cinco más o menos, uvas o directamente vino y un objeto de esa persona. Nada complicado pues como José Luís empezó a frecuentar su casa, a veces dejaba olvidadas corbatas, un reloj e incluso un bolígrafo de los caros. Regresó a La Constructora ya que no había prisa, podría comenzar mañana con más calma además era buen momento para iniciar con la mini tortura de José Luís.
– Muy bien Tania, ponme al tanto de lo que ocurrió mientras estaba fuera esta hora
– Logré agendar la junta para dentro de un rato como me pidió, llegaron los contratos que estuvo esperando toda la semana...
– ¿Los de los nuevos clientes? Al fin el borrador fue aprobado entonces
– Si, requieren su firma pues cada abogado se encargo de mandarlos ya firmados, todos están satisfechos con los arreglos establecidos
– ¿Cuándo llegarán los primeros chequetes para iniciar?
– Mañana a primera hora tal y como se pacto — se adelanta para llamar al elevador por ella
