Perfidia: Deslealtad o maldad extrema.
"las malas lenguas cultas la llamaban Aspasia, como a la mujer de Pericles, aquella que, con su perfidia, llenó de sangre el mundo de las calles de Samos y Megara"
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– Estoy bien — se recuesta en la cama — Aplazare la ida a la hacienda pero esta bien
– ¿Qué te dijo Carol? — cruza los brazos
– Que el estrés de la carretera podría causarme un aborto, creo que sería peor subir a un helicóptero, las corrientes de aire hacen que se sacuda horrible así que es peor que ir en la carretera
– ¿Pero los dos están bien?
– Si, haré reposo absoluto hoy y mañana por voluntad propia, Carol dijo que mientras no me esfuerce estaré bien
– Vas aburrirte mucho
– Definitivamente — suspira — Pero si eso mantiene a salvo a mi pequeño milagro, no queda de otra
– ¿Cómo te sientes?
– Hoy ha sido un subidon de emociones, estoy preocupada pero contenta porque se encuentra bien, crece al ritmo normal... También me puse nostálgica
– ¿Nostálgica?
– Es que cuando lo vi por primera vez en París era algo tan pequeñito — sonríe leve — Ahora se define bien sus manos y rostro en las ecografías, también se movió por primera vez hoy
– ¿¡Ya!?
– Fue un rato después de la consulta, dio un par de giros, estiró las piernas unas cuantas veces y eso fue todo pero... Terminé llorando horrible
– Ay pero es normal — ríe yendo a darle un abrazo — Son las hormonas, se ponen intensas en el segundo trimestre, ya van a pasar
– ¿Qué tal si lloro cada que se mueva o cuando patee?
– Bueno si lo haces no está mal, te da mucha emoción — soba su espalda
– ¿A ti te dio así de horrible?
– Yo estaba petrificada emocionalmente ¿Recuerdas? Recién cuando nació Isabela es que pude llorar y llorar
– Es verdad... Esto de sentir demasiado agota, quisiera tener un botón para apagar mis sentimientos
– ¿Luís te acompaño a la consulta o fuiste sola?
– Me acompaño — admite
– Altagracia
– ¡No hemos tenido sexo! Sólo lo estoy haciendo parte de esto que esta pasando — apoya la mano sobre su vientre — Él supo desde que me vio que este bebé es suyo, trate y trate de persuadirlo que no pero el hombre es terco, toco admitirlo
– ¿Y dejaras que entre así de fácil? ¿Ya se te olvidó lo que pasó?
– Por supuesto que no pero nuestro conflicto es entre él y yo, ahora el bebé está en medio y no tiene nada que ver ¿Cierto?
– Bueno por ese lado tienes razón...
– Pero siendo sincera... Me está costando separar las cosas
