Perfidia: Deslealtad o maldad extrema.
"las malas lenguas cultas la llamaban Aspasia, como a la mujer de Pericles, aquella que, con su perfidia, llenó de sangre el mundo de las calles de Samos y Megara"
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Lo bueno es que la lluvia se detuvo después del mediodía permitiéndole a las chicas salir a jugar con los perros un rato, mientras tanto los nuevos papis estaban cuidando de la recién nacida, justo después de almorzar la peque volvió a llorar por hambre así que le tocó a Altagracia acomodarse en la silla para alimentarla, después ocurrió un accidente algo explosivo que obligó a ambas darse un baño, José Luís se encargo de bañar a la bebé para que Altagracia pudiera hacer lo mismo, aunque ella tardo más debido que pasó un buen par de minutos simplemente apoyada en la pared dejando que el agua caliente relajara su cuerpo.
Se había preparado mentalmente para la putiza que sería tener un bebé y sabía que no estaría ni al 50% de sus capacidades luego de dar a luz pero este agotamiento era diferente a cualquiera que había experimentado, ya no había dolor salvo cuando iba al baño pero sentía pesado cada parte de su cuerpo; al salir del baño pudo presenciar a José Luís en uno de sus mejores papeles, el de padre, se había acomodado en la silla con la bebé sobre su pecho, ella se veía muy cómoda disfrutando de las caricias en su espalda y de que le hablara sobre el día de ayer.
– Estaba muy ansioso por conocerte al fin ¿Sabes? Cuando tu mamá me aviso que debía venir corriendo, no lo pensé dos veces — sonríe al escucharla quejarse — Como crees que papi se iba a perder tu llegada al mundo ¡Jamás!
– Que agusto se ven ustedes dos — toma su ropa limpia de la cama
– ¿Necesitas que te ayude en algo?
– No — sonríe — Sigan platicando pero luego ponle algo de ropa, no quiero que le dé frio
– Por ahora yo le doy el calorcito que necesita pero no te preocupes, la vestire enseguida — besa la cabeza de la bebé — La note algo inquieta mientras la secaba, no le gusta salir del agua
– Ojalá sea así incluso de grande — se coloca el pantalón de pijama
La bebé volvió a quejarse mientras removia las piernitas, fue algo normal en bebés pero sus papás la veían tan embobados como si ella hubiera echo algo fantástico.
– ¿Quieres ir con mami? No te culpo, también quiero ir con ella ¿Qué te parece si vamos ambos? Pero antes tengo que vestirte muñequita... ¿Alguna sugerencia mamá?
– Ponle lo que quieras — regresa a la cama — Se ve bonita con todo
– Eso es verdad — ríe — Veamos que tenemos aquí
Lo vio recostar a la pequeña con tanta delicadeza sobre el cambiador mientras tomaba cualquier pijama, nunca pensó que sería tan atrayente ver al hombre que amaba convertirse en papá de nuevo, porque siempre fue muy delicado con Heli, cuidándola todo el tiempo, consintiendola y tratándola con todo el amor del mundo. En verdad era un hombre muy dulce y poder ver esta transformación de primera mano, era algo que agradecía.
