Maletas.

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– Altagracia — baja detrás suyo — No es seguro

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– Altagracia — baja detrás suyo — No es seguro

– Ah ¿Ahora si estas convencido de que no es seguro? Mejor ponte detrás de mi princesa — le quita el seguro a su pistola — Nadie entra a mi casa, aterroriza a mi personal y mata a mis perros así nada más







El portón de la casa se encontraba abierto de par en par pues las ambulancias para atender a los afectados por el gas lacrimogeno habían llegado hace no tanto, lo primero fue trasladar a los cuatro guardias heridos, ya la policía estaba al tanto también pues digamos que un tiroteo en un barrio fino no es usual; Altagracia tuvo que usar su mascada para cubrirse la nariz y boca al ingresar pues todavía quedaban residuos de aquel gas; la imagen no era nada linda, evitó caminar sobre los sitios donde encontró sangre o cuerpos de los invasores pero la imagen más fuerte fue la de los perros, les habían cortado el cuello haciendo que murieran desangrados.







– Mi amor — trata de tomarla por el antebrazo

– Lo... — se arrodilla acariciando a uno de ellos — Lo lamento muchísimo, lamento no haberlos protegido bien, esto jamás debió ocurrir

– Linda, levántate, hiciste todo lo que pudiste

– Estaban atontados Luís — murmura dejando salir las lágrimas — Probablemente no podían respirar y ellos aprovecharon para cortarles el cuello...

– Tienes que levantarte, esto es una escena del crimen ahora, no puedes tocar ni mover nada — la ayuda a ponerse de pie

– Eran excelentes perros...

– No me cabe duda de ello — la abraza — En cuanto podamos, yo mismo les conseguiré buenos lugares en un cementerio para perros ¿Está bien?

– Bien ¿Puedes abrir la puerta de mi casa? Después de hablar con los guardias quiero ver como esta mi personal

– ¿Las llaves están en tu bolso?






Asintió con la cabeza antes de seguir su camino hasta las ambulancias, antes de comenzar con las preguntas se aseguró que todos estuvieran bien, todavía les costaba ver y respirar a la mayoría pero dos de ellos se encontraban en condiciones para poder hablar.






– Doña — intenta reincorporarse

– No se molesten, sólo quiero saber que pasó, si se sienten bien como para hablar... Quisiera que lo hicieran

– Sabían el cambio de guardia Doña, atacaron por atrás, en la entrada del servicio, hirieron gravemente a Gutiérrez y a Recho pero al entrar los perros los descubrieron, lanzaron el gas lacrimogeno para hacerlos retroceder por eso pudieron avanzar

– Querían entrar a la casa Doña

– ¿A la casa?

– Lo intentaron por la puerta de servicio pero estaba cerrada como siempre, cuando vinieron los perros... Rodearon la casa y quisieron forzar la puerta principal, ahí fue cuando Akbal y Destructor mordieron a los dos de allá — señala a los cuerpos — Eso nos permitió disparar

°•°•Perfidia°•°•Où les histoires vivent. Découvrez maintenant