Retomemos.

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– Deja al perrote para que hablemos

– ¿Te asusta? — sonríe negando — Akbal no va hacerte nada, si te mantienes donde estás, podría mentirte y decir "Uy si ya esta bien entrenado y obedece todas mis ordenes" pero no lo puedo asegurar — hace una mueca — Y ya viste sus dientes así que quieto

– ¿Y te parece bien estar cerca de su perro tan temperamental cuando esperas a nuestra hija?

– Si puedo estar al lado tuyo que eres un traicionero — da de hombros — ¿Por qué no con Akbal?

– Altagracia

– ¿Qué es lo que quieres?

– ¡Saber de ti! ¡de nuestra bebé! Hace semanas que me ignoras

– ¿Por qué será?

– Al menos respondeme... ¿Están bien?

– La pregunta debería ser "¿Están sanas?" Porque eso sí que lo estamos, bien estaré cuando la prensa deje de acosarme y dejen de sacar miles de notas sobre mi, estaré bien cuando no haya una amenaza de muerte sobre mi cabeza también

– No hay ninguna amenaza de muerte contra ti

– Oh claro, como tu todavía esposa me tiene tanto aprecio, sólo me mandará un par de patadas, tal vez unos golpes en el rostro y claro una fea cortada en la boca — ríe negando — Pero no me va mandar matar ¿Verdad Luís?

– Sé racional por favor

– Mira quien me lo está pidiendo ¿Por qué no sales de aquí y te vas a posar para los reporteros chupa sangre? Diles que ya me viste y que sigo embarazada

– Ya no he hablado con ellos

– Hace dos días fue tu última declaración, apuesto que estas vuelto loco para actualizarlos... ¡Vete! O te suelto los Dobermans y creeme, ellos si saben acatar mis ordenes, si se me da la gana les mando arrancarte las pelotas

– Dame una oportunidad por favor

– Te dí cientos de oportunidades, ahora saca tu trasero de mi casa y dejame en paz, tengo cosas que hacer y me la estaba pasando bien con Akbal hasta que interrumpiste

– Altagracia...








Guardo silencio cuando nuevamente el perro comenzó a ladrar, se había puesto frente a Altagracia enseñándole sis afilados colmillos, pocos segundos después Baltazar y Matamoros aparecieron para escoltarlo a la salida, no opuso resistencia pues en verdad Altagracia no quería hablar con él y tal vez si no la hacía enojar nuevamente podría intentar un diálogo cordial en poco tiempo o al menos eso quería pensar. Lo malo para él es que tuvo que esperar varias semanas más, fue un calvario pero la recompensa no estuvo nada mal, le permitió ver al bebé en la consulta y de ahí fueron a la casa pues el cuarto al fin estaba terminado.








– Al menos Akbal no me gruñó esta vez

– Es por el entrenamiento — exhala llevándose las manos a su espalda baja

– ¿Estás bien?

– Si, es que ahora empieza lo complicado

– Sólo son dos meses más

– Es lo que me repito diario... Bueno los muebles se colocaron ayer pero todavía no tuve la ocasión de guardar su ropa y todo lo demás

– Deja que te ayude

– Es la idea, iba a sugerirlo, agradezco que me dieras mi espacio, necesitaba poner varias cosas en orden dentro de mi cabeza

– No quise ponerlas en peligro...

°•°•Perfidia°•°•Where stories live. Discover now