Buen Punto.

317 45 154
                                    

– Entonces ¿No hay nadie en tu casa? — le abre la puerta de la camioneta

– Se sintió raro ir en el asiento de adelante — toma su mano para bajar — Y no, no hay nadie en casa, Regina está en su pastelería, Isabela en el colegio, sólo la gente del servicio se encuentra

– Entonces podrás ir a descansar como debes — camina a su lado

– Esperaba que Carol me permitiera volver a mi vida normal — bufa rodando los ojos

– Puedes trabajar desde casa

– Si pero no es divertido, amo mi oficina, me encanta estar en la sala de juntas que es de cristal, así todos hacen su trabajo

– Bueno pero la bebé necesita que estés en la cama

– Ya sé, eso no quita que extrañe mi oficina — abre la puerta — En especial porque tengo mucha privacidad, aquí cada rato pasa algo

– ¿Cómo que? — la rodea con sus brazos

– Ya sabes, los mismos dramas para mantener la casa a flote, pagos y más pagos — sonríe al sentir sus manos sobre su vientre — ¿Qué haces?

– Pensaba que podríamos subir a tu cuarto, te acuestas y te hago un masaje

– ¿Masaje sexual o masaje normal?

– Ambos ¿Qué te parece?

– Maravilloso ¿Pero no deberías estar de camino a tu oficina?

– No, en la tarde pasare por Heli así que decidí que era buena idea estar contigo hasta entonces

– ¿Qué tal que yo no quiero estar contigo? — dice nada más para provocar

– Sería una lástima — la voltea — Ya no tendrías quien te haga masajes

– Siempre puedo contratar un masajista — ríe apoyando los brazos sobre sus hombros

– Si pero no tendrías un masaje sexual a menos que le pagues más de lo pactado — también ríe inclinándose un poco para rozar su nariz con la suya — Yo lo hago gratis

– Buen punto — sonríe — Me ahorrarías unos buenos pesos

– Entonces ¿Si me dejas estar contigo un par de horas o quieres que me vaya?

– Uhmmm — finge pensar al mismo tiempo que se ponía de puntitas para besarlo

– ¿Lo tomó como un si? — murmura sobre sus labios

– Puedes tomarlo como un si

– ¡Perfecto!






Se separó un poco de ella para poder tomarla en brazos, aunque como no se lo esperaba termino pegando un gritito y agarrándose bien de él, lo que provocó la risa de José Luís.






– ¡Pero avisame oye! — le da un golpe en el pecho

– Sin golpear que te suelto

– ¡Oye no! Cargo con tu bebé, cuidado Luís que ya se está invirtiendo mucho aquí

– Relájate subiremos en menos de dos minutos

– Son muchas escaleras, cuidado por favor

– ¡Doña! — escuchan unos pasos salir de la cocina — Doña ¿Se encuentra bien?

– Todo está bien Magda — responde ganándose una mirada fea de Altagracia

– ¿Señor Luís? — frunce el ceño al verlos — ¡Valgame! ¿Le paso algo a La Doña?

°•°•Perfidia°•°•Where stories live. Discover now