18

11 0 0
                                    

Ciertamente había muchísimas más personas de las que esperaba

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Ciertamente había muchísimas más personas de las que esperaba. Amigos de amigos y cadenas enormes con la necesidad de conocer a todos quienes estaban allí. Sabía como iba a terminar esto, saldría a la luz y mi padre terminaría por internarme en psiquiátrico donde ya no tenga posibilidades de libertad. Quizá era mejor opción, pero después de todo, en ese momento me daba igual.

No me quise preocupar en ese momento de las consecuencias del futuro, aunque realmente había una parte de mí que sabía que todo esto fue un error. Tantas personas subiendo historias de lo que estaba sucediendo, tantos rumores que corrían por todos lados y ya no tenía absoluto control de todo. 

Solo estaba hablando con un chico que había conocido gracias a Bart. Había intentado ligarme bastante veces pero no presente interés jamás. Aún no podía olvidar mi pasada relación y no quería simplemente usar a un ser humano para olvidarme de otro. No quería ser cruel. 

Estábamos charlando tranquilamente cuando sentí que alguien tocaba mi hombro. Pensé que se trataba de Luke, quien me había molestado toda la noche intentando tener una amistad más cercana a mí y tener estos "privilegios", seguir juntándose con las personas que estaban allí. 

Cuando giré para decirle por favor que me dejará en paz, que si quería ligara con cualquiera que estuviera allí, tuve que abrir los ojos a ver a quien tenía en frente.

Me miro y me sonrió. ¿Cómo se atreve a sonreírme? ¿Cómo tiene el descaro de venir hasta aquí? ¿Qué quiere de mí? ¿No se supone que yo era nada?

Una parte de mí quería salir huyendo al ver que el amigo de Bart se alejaba y estaba solo frente a él. También quisiera golpearlo por las cosas hirientes que dijo, pero en el fondo sentía que el asunto no era tan grande como lo estaba planteando. De igual manera, no quería verlo. 

Daniel Brunce fue un imbécil, un descarado, un frío, un aguafiestas, un traidor, un destroza corazones y más cosas que no quiero ni pensar. Pero, aun así, lo ame. Y nadie va a poder cambiar eso. Supongo que esa fue la razón de que no sabía que hacer. 

Soltó un suspiró y me abrazo.

¡Padre nuestro que estas en los cielos! ¡No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal! Amén, empecé a recitar en mi mente.

Cuando me soltó, conservó una de sus manos en mi hombro como una forma para que no me alejara.

—No sabes lo tanto que necesitaba hablarte. —soltó de la absoluta nada.

No pude responder. Solo pude quedarme mirando en todas direcciones en forma de ayuda. No sabía exactamente a quién buscaba, pero necesitaba que alguien interrumpiera el encuentro.

—Quería, principalmente disculparme —me dijo sin abandonar esa maldita sonrisa que me había dejado como idiota por meses—. Fui todo un idiota.

—Sí, fuiste todo un idiota. —contesté cortante.

Lágrimas azulesWhere stories live. Discover now