27

11 0 0
                                    

La oficina de la directora olía a vainilla por la vela aromática que había colocado en una esquina de su escritorio

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La oficina de la directora olía a vainilla por la vela aromática que había colocado en una esquina de su escritorio. Más el ambiente odorífico no estaba en sintonía con la tensión que había en aquel cuarto.

Frente a mí la directora leía unos papeles y fruncía su entrecejo. Jugaba con mis sudorosas manos, hasta que ella se digno a prestarme atención. 

—¿Eres consiente de lo que has hecho? —preguntó con un tono de voz bastante prepotente, definitivamente era la madre de Allison—. Te conozco, Orion. Es por ello que no comprende qué se te paso por la cabeza para golpear a un chico hasta dejarlo en el hospital. 

Si lo sabía. Sabía todo lo que había sucedido bastante bien. Sabía que no lo mate a golpes por ser el nuevo novio de su hija. Sabía también que lo hice defendiendo al príncipe. Si no lo supiera, no estaría siendo tan cortes de al menos dejarme hablar y no expulsarme definitivamente. Si quería hablar del asunto era por el mero hecho de que Alexander estaba involucrado en esto y no quería perder la simpatía de la corona. 

—Soy consiente —admití bastante frío y cortante—. Se me paso la mano, no quería llegar a ese punto. Pero usted sabe que Luke sacó una foto comprometedora que me afecto demasiado y también me insulto. 

—Eso no es excusa para dejarlo en ese estado. —replicó ella. 

Era excusa para dejarlo muerto. Simplemente se lo merecía, siempre fue un idiota.

—Lo sé. Pero es una persona que hace tiempo que viene provocándome y terminé por explotar ayer. 

La directora soltó un suspiro y miró a ambos lados. 

—Jamás hiciste algo semejante —dijo de la nada—. La verdad, jamás has dado un problema a esta institución. Incluso, tus notas son bastante admirables en el último tiempo. No obstante, no puedo dejar pasar por alto este acto tan agresivo. 

—No es algo que va a repetirse. 

—Lo sé. Por eso es que no te expulsaré. 

No me sorprende. ¿Tanta necesidad de aprobación de Alexander necesitaba?

—Quiero que tomes terapia con el consejero escolar y estarás expulsado una semana —explicó—. Pero te advierto, si esto vuelve a repetirse aunque sea mínimamente, seré más dura. 

En mi cabeza se reproducía una imagen imaginaria de Allison diciéndole a su madre que no haga eso, que me expulsé por dejar a su amorcito en un hospital por unas horas. 

—Ahora, ve con el señor Golschmann, esta en su oficina esperándote —explicó—. Tendrás que ir con él por tres meses. Iras hoy y ya comenzaras mejor cuando vuelvas a reincorporarte la semana entrante, ¿entendido?

Solté todo el aire que contenía. 

—Entiendo. —admití. 

Genial, ahora tendría que hablar de mis mierdas con un psicólogo.  

Lágrimas azulesWhere stories live. Discover now