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Ya era medianoche

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Ya era medianoche. Parecía que habían pasado tantas cosas aquel día que no podía conciliar el sueño. Así que, Gary y yo nos quedamos viendo otra película. Era una suerte que desde la última visita de mi padre por fin pusieran internet. 

Sentía bastante frío, ya le había confesado a Gary que no me encontraba del todo bien, pero ya cuando mi piel comenzó a tornarse pálida fue que me creyó. Era un poco hipocondriaco. 

Mi guardaespaldas colocó su mano sobre mi frente para comprobar. 

—Sí, creo que tiene fiebre, señor —aseguró—. Aunque no se preocupe, no parece estar muy alta. De todas formas, notificare a la escuela que no ira a clases. 

Bien, al menos no tendría que pasarme estudiando cuando en mi cabeza también se repetía la tarde con Orion como si fuera una película que se rebobina.

Estaba por dormirme ante la película cuando empezó a a tocar la puerta desesperadamente. Estaba lloviendo a cantaros, caían rayos y el cielo se iluminaba cada dos por tres, ¿quién en su sano juicio saldría con este temporal?

—¿Esperaba visitas, señor? —preguntó Gary mirándome, a lo que negué con la cabeza.

Sin saber quien era y con total cuidado, mi guardaespaldas decidió ponerse de pie y acerarse a la puerta. Soltó un suspiro antes de abrir la puerta, pensando que sería alguno de mis amiguitos pero no sería así. 

Al abrir la puerta, Orion estaba allí. Estaba temeroso y parecía destruido de alguna forma. Él estaba por llorar. 

—Hola —saludó Orion, con la voz hecha pedazos—. Mira, necesito ver a Alexander. 

—No creo que esto sea posible. —le dijo Alexander. 

—Mira, sé que han pasado muchas con Alexander y es la única persona en la que puedo recurrir en este momento. 

Quería ver a donde llegaría esto. 

—Sé que lo sobreproteges y quizá si te contó todo, quieras que me aleje —continuó Orion, cada vez peor—. Pero la cosa es que mi padre ha vuelto a mi casa y yo... Yo no puedo vivir junto a él. Mi madre lo llamó para que "resolviera" mi problema con Alex y sabes que esto no es un problema. Yo quiero estar con él, te prometo que lo trataré mejor que nadie. Pero por favor, necesito quedarme porque sino tendré que volver a casa y... De verdad que no quiero que él me vuelva a lastimar. 

El corazón se me achicó al escuchar aquello. Orion jamás hablaba de su padre y ahora lo pintaba como una persona capaz de hacerle daño. Supuse que se trataba del típico padre que abandona a su familia para poder hacer lo que quiere con su vida, no de un abusador. 

Gary soltó un suspiro y por un momento sé que estuvo pensando en cerrar la puerta. No porque Orion no le cayera bien, sino para ya no traerme más problemas. Pero su empatía ganó. 

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⏰ Última actualización: Mar 12 ⏰

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