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No sé bien porque me tire así sobre él, pero había algo en Orion que me era magnético

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No sé bien porque me tire así sobre él, pero había algo en Orion que me era magnético. Sin embargo, una parte de mí simplemente lo besó para que dejará de hablar y ya no se echará la culpa. Aún así, aquello se sentía demasiado bien. Como tomo mi barbilla, como sonrió haciéndome sentir seguro de alguna forma... No entendía como este chico me traía tan loco de repente. ¿Acaso me había embrujado de alguna forma?

Lo estaba besando y no podía creerlo. Estaba vez era consciente de lo que estaba haciendo y a su vez, sabía que esta vez tampoco estaba siendo un inocente beso. 

Orion me tomó de la espalda para atraer mi cuerpo más cerca del suyo. Mientras, colocó su otro mano en mi cuello, clavando un poco sus uñas. Yo mantenía mis brazos sobre sus hombros y rodeado su cuello, quizá en un intento de que no acabara. 

Por accidente él me empujó contra la mesa que estaba centímetros tras de mí y me acorralo. Me senté sobre la mesa, haciendo que él se acercara aún más y que comenzará a tocarme las piernas.

—¿Orion,  estás seguro de que  quieres hacer esto? —pregunté agitado y poco asustado por la respuesta.

Mi corazón latía tan fuerte que parecía que iba a explotar.

Orion colocó su nariz sobre la mía y me miró sonriendo.

—Luego nos arrepentimos. —susurró.

¿Qué había sucedido con el chico callado y distante?

—¿Y qué pasa si alguien viene? —pregunté.

Él volvió a besarme para callarme. Lo tomé como una respuesta, que me decía que nadie vendría, o que simplemente eso no importaba, no ahora.

Orion me tomó de la mano y me empujó sólo un poco, en señal de que debía bajar. Me guío hasta su cuarto, esto no iba a terminar bien. Sabía bastante bien como acababan estas cosas.

Se arrojó sobre la cama y me sonrió, me acerqué y me coloque sobre él. Nos sonreímos. ¿Qué mierda nos pasaba? Nos conocíamos hace poco, demasiado poco. ¿Por qué el descaro? No íbamos a ser felices, nunca podríamos serlo.

Hace tan poco Orion me había herido, me había hecho sentir un asco y ahora estábamos así como si nada. No solo besando, posiblemente el juego terminaría en otra cosa. 

Y entonces noté que no debía hacer esto e intente alejarme, pero él me tomó de la espalda y me empujó contra él. Cuando me tuvo apretado sobre él, decidió bajar un poco la mano, al sentirlo temí que bajara demasiado, pero él se detuvo en mi cintura.

Esto había llegado demasiado lejos como para arrepentirse ahora, me acerco a él e hice algo de lo que me arrepiento. Acerque mis labios a su oreja y cuando toque la sentí demasiado caliente.

—Ten cuidado, Wood. —le susurré

Me alejé solo un poco y apoyé mi nariz entre sus cejas.

—Lo tendré, principito. —susurro él, apretando sus manos en mis brazos.

Lágrimas azulesWo Geschichten leben. Entdecke jetzt