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Soy un asco

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Soy un asco.

En mi cabeza solo se repetía el como Orion me dejó bastante en claro que soy un asco y que no merezco lo que hice. Que fue un accidente que no tenía que tener precedentes. 

Gracias, idiota, bajaste mi autoestima aún más, pensé sintiendo las lágrimas salir.

En cuanto entre a la casa, me sorprendí al ver a Gary riendo con el hermano de Orion. Estaban en el sillón hablando sobre autos. 

¿Cuánto me importó su presencia? Tan poco, que subí a mi habitación enojado, sin saludar ni nada.

Me tire a la cama, pero mi teléfono empezó a sonar. Lo tome y alguien me hablaba tan rápido que apenas entendía.

—Hola, Alexander. Soy Allison, de la escuela. —dijo la chica que me llamaba.

¿Cómo mierda tenía mi número?

—Ah, hola. —saludé rascando mi nuca.

¿Acaso no era la ex de Orion? Al menos sabía que entre ellos había pasado algo. La primera vez que vi a esa chica, estaba golpeando a Orion en su mejilla y se marchaba a toda prisa. 

—Quería invitarte a una fiesta, en casa de Luke, es ahora en un rato. Pasó a buscarte si quieres, solo camina hasta la vieja fuente que esta a dos calles de tu casa y te recojo. 

¿Cómo sabía mi dirección? ¿Qué estaba pasando?

Me limité a no negarme. No tenía ánimos, pero quizá eso me alejaría de pensar en Orion un rato. Podría hacer nuevos amigos y no limitarme a estar cerca de ese imbécil. 

—Voy saliendo. —dije firmemente. 

Corté la llamada y tomé una chaqueta.

Baje las escaleras, le expliqué de forma corta a Gary a donde iba y caminé hasta la fuente. No me costó demasiado hacerlo ceder, después de todo sabía que necesitaba divertirme. A veces me mimaba demasiado. 

Caminando por la acera, decidí que lo más prudente sería colocarme la capucha por si alguna cámara estaba por allí dando vueltas. Después de lo de la foto, no podía fiarme de nada. 

Sentí el frío, pero el recuerdo de las palabras de Orion me dieron temblores.

Orion Wood me parecía un completo idiota en ese momento. Rechazarme de tal manera, simplemente porque sí, haber jugado conmigo para experimentar, supongo...

Apreté el paso para llegar más rápido y no tardé demasiado en encontrarme con una antigua fuente, que supuse que era el lugar de encuentro. Allison estaba allí, sentada en el borde y fumándose un cigarro, mientras que chateaba por su móvil.

Verla fumar me dieron ganas a mí, así que saque un cigarro de la cajetilla y lo encendí. Comprendí que siempre que estoy pasando por momentos malos, tengo mi pequeña nicotina que calma un poco mis nervios. 

—Por fin llegaste.  —me dijo, tirando su cigarro y apagándolo.

—No sabía que esperabas hace mucho. —me defendí.

Ella apagó su teléfono y lo guardó en un pequeño bolso con brillos que llevaba colgando.

Se acercó a mí y me acaricio el brazo de una forma bastante sugerente. ¿Acaso sabe que soy gay? ¿Acaso no tenía novio? 

Se acercó a mi oído y sentí su respiración.

—¿Te gustaría hacer una locura chiquita? —me susurró.

—Em... yo no... —trate de decir sacándome el cigarro.

Allison me tapó la boca y me empezó a morder la oreja. Me aleje de ella, ella volvió a acercarse ¿Qué carajo le pasaba a esta chica?

—¿Sabes que no me gustan las mujeres? —pregunté.

Claro que debía saberlo. Claramente debió ver la foto con Orion. Oh... ¿Y si todo esto solo se trataba de una estúpida venganza?

Ella se apartó y me vio. Pareció sorprendida, lo cual llamó mi atención. Se decepcionó de mi comentario y se notó que no estaba a gusto.

—¿Amigos? —preguntó.

—Amigos. —respondí tocando la oreja que me mordió y sintiéndome incomodo de la situación.

Tire el cigarro y lo apagué con mi zapato.

Allison sacó las llaves de su coche e hizo que sonará para abrirlo. Subimos como si lo hubiésemos hecho más veces o como si ya fuera natural.

—Ponte el cinturón. —me advirtió.

Fue un poco extraño su tono, pero hice caso y me coloque el cinturón.

Ella se acomodó, tardó años luz. Luego, se puso el cinturón y arrancó.

—No vamos a ir a la fiesta de Luke —confesó.

—¿A dónde vamos? —inquirí poniéndome nervioso.

Trate de parecer calmado, pero por favor, esto se considera secuestro. ¿A dónde carajo me lleva esta chica?, pensé fugazmente. 

—Vamos a ir a casa de Luke, pero no hay una fiesta —explicó—. Era un juego, un reto en realidad.

—Quiero bajarme. —dije sacándome el cinturón.

—Vamos, sólo era un reto y casi lo completo.

La mire ofendido.

—¿Qué debes hacer? —pregunté un poco ofendido con todo el asunto.

Otra vez, fui usado.

—Solo debo hacerlo contigo. —soltó como si no fuera nada.

Nilo no es para ti, querida niña.

—No —reclamé—. La próxima, búscate un chico al que le gusten las personas como tú.

—¿Mujeres? —preguntó levantando una ceja.

—Sí.

—Por favor, si no lo hago, pueden raparme la cabeza.

—¿Qué clase de amigos tienes?

—Al menos no me drogan.

—¿Cómo?

Ella me miro y volvió a mirar el camino.

—Sólo un beso. —pidió.

—Frena. —le pedí.

Ella obedeció y espero que me fuera.

Me acerqué a ella y la bese.

No fue mágico, no fue nada.

Extraño mis besos mágicos con Orion, aunque solo fueron dos perfecciones.

Me alejé y miré al camino.

Allison no entendió bien lo que pasó, simplemente se quedó boquiabierta unos segundos hasta arrancar.

—Gracias. —dijo.

No respondí.

La chica me dejo en casa, me añadieron a un grupo con sus amigos. Se hacían llamar "La cicatriz", supuse que sería una anécdota de algún estúpido día juntos.

No lo sé, ahora tenía amigos nuevos, que son populares, según dicen. Entonces tenía con quien estar para alejarme de Orion. 


Lágrimas azulesOnde histórias criam vida. Descubra agora