one shots y otras cosas que (nadie me lo pidió pero) me gustaron al leerlas y se las quería compartir.
la mayoría son sacados de Tumblr, por lo que no son de mi autoría.
Publicado originalmente en tumblr por: credince--writes
Traducción por: winterbirra
Palabras: 1855
Emparejamientos: Keegan P. Russ x Lectora!
Resumen: Encuentras a un hombre extraño en el bosque, sin duda huyendo de la federación. Él parece, bueno, en términos simples hecho polvo. Que tu acto de bondad no quede impune.
Nota del autor/ra: ninguna.
Advertencias: ninguna.
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No puedes evitar temerle al hombre en tu piso.
Sacaste su bota del arroyo y te ocupaste de tus tareas, apareciendo para ver cómo estaba después de cada tarea. Acomodaste su cabeza en la almohada y vuelves a vendar sus heridas.
Pero el sol se había puesto.
Estarías a solas con él por la noche.
La sensación de su agarre apretando contra tu muñeca aún se refleja en la piel de tu muñeca, sus grandes manos se entrelazan y se envuelven completamente alrededor del ancho con facilidad.
Tus ojos se dirigieron a su equipo, sintiendo como si sería una intrusión grosera arrastrarse entre sus cosas.
Fue una intrusión extraña, para empezar, ¿por qué sería diferente?
Todos los cuchillos... ¿una radio estropeada, varitas luminosas? Un pequeño bloc de notas, bolígrafos, un envoltorio de lo que supuso que era una barra de raciones, cargadores vacíos para su rifle, pequeños clips de plástico negro cuyo propósito no entendiste
Tus dedos rozaron el metal frío, agarrándolo y tirando de un juego de placas de identificación rotas que se engancharon en el cuello de su chaqueta exterior, la que estaba resbaladiza con barro, se lo quitaste y olvidaste una vez que atendiste sus heridas.
SARGENTO KEEGAN P. RUSS
Tu pulgar rozó las letras grabadas, mirando al hombre inconsciente cuyo pecho todavía subía y bajaba sutilmente.
Su nombre era Keegan.
Vacilante, te acercaste a su cuerpo una vez más, notando el leve escalofrío que desprendía su cuerpo, el inmenso calor que irradiaba de su piel. Preocupada, te inclinaste hacia adelante, apoyando la mano en el centro de su pecho con cuidado de no presionar sus costillas lesionadas. Tu mano se levantó, ahuecando un lado de su cara mientras continuaba temblando en escalofríos, sintiendo la temperatura ardiente de su piel.
Tus cejas estaban fruncidas por la preocupación al notar la piel enrojecida de su rostro y cuello, el temblor de sus músculos.
Había hecho una especie de gemido incoherente en el proceso, la cabeza casi instintivamente huyendo de tu toque. Quitaste la mano, te pusiste de pie y recogiste rápidamente un pequeño recipiente con agua fría y un trapo, un poco de medicina y un vaso lleno de agua. Mientras caminabas, mezclabas la medicina en el agua, casi tropezando equilibrando los líquidos separados. Dándote la vuelta y colocándolo cerca, levantaste su cabeza y te sentaste con cuidado. Maniobrando su cabeza en tu regazo entre tus piernas mientras te sentabas cruzado.
