call of duty: modern warfare II; one shots

077. Keegan P. Russ (4)

Título: En Lo Profundo De Esos Bosques (4)

Publicado originalmente en tumblr por: credince--writes

Traducción por: winterbirra

Palabras: 883

Emparejamientos: Keegan P. Russ x Lectora!

Resumen: Encuentras a un hombre extraño en el bosque, sin duda huyendo de la federación. Él parece, bueno, en términos simples hecho polvo. Que tu acto de bondad no quede impune.

Nota del autor/ra: Estoy tomando los cánones principales de que Keegan es un hombre silencioso, pero muy atrevido y expresivo cuando habla/interactúa con alguien y, joder, sigo su ejemplo.

Advertencias: ninguna.

Descubriste que te gustaba mucho más cuando estaba inconsciente.

Parecía que no importaba en qué parte de la casa estuvieras, si él estaba despierto, estaba constantemente observando. No las miradas perezosas ni la observación casual que asumirías de la típica persona herida. No, observa como si fueras un ejemplar. Un búho posado sobre los árboles mirando hacia un ratón de campo que se escabullía recogiendo las bellotas caídas bajo los robles.

Te mirá como si fueras una presa.

Era mucho más difícil calmarlo cuando estaba despierto cuando sus ojos recorrían constantemente la habitación documentando dónde estaba cada pequeña cosa. Documentando tus movimientos y tensándose constantemente, retrocediendo ante los pequeños avances para reemplazar las vendas, para quitarse el cabello de la frente mientras se recostaba en el suelo.

Horas más tarde, te encontraste sacando su ropa del tendedero. El ligero viento y el brillante sol arrojan un cálido brillo sobre tu piel.

Keegan no pudo evitar sentarse, apoyado contra el sofá mientras miraba por las ventanas que había insistido en que abrieras de nuevo a pesar de que la luz dolía. Todo para que él pudiera mirar.

Vigilarte.

Observar.

El viento suave, echando tu cabello hacia atrás mientras quitabas la ropa de una soga bañada por tanta luz solar que hacía que sus ojos sintieran como si fueran a explotar. Cierra los ojos y deja escapar una bocanada de aire antes de disfrutar del alivio que le trajo la oscuridad. Para su consternación, fue en ese momento que se volvió a quedar dormido.

Con un gemido, levantaste el montón de ropa que le habías quitado al hombre cuando llegó por primera vez y lo llevaste en una canasta de regreso a tu casa. Con cuidado de abrir la puerta en silencio, estabas segura de que después de comer y del cansancio de limpiarle las heridas nuevamente, se apagaría como una luz, como solía ocurrir. Como era de esperar, al abrir la puerta, con cuidado de no empujarla lo suficiente hacia atrás para que chirriara contra la bisagra, viste los ojos cerrados y el movimiento uniforme de su pecho desnudo. Un moretón púrpura floreció a través de él y sobre su hombro, hasta un parche raspado en carne viva en la parte superior de sus bíceps.

Sí, te gustaba mucho más así.

...

Pasaron dos días antes de que pudiera mantenerse despierto más de dos horas. Fuerza regresando a su cuerpo, no mucha, pero más de la que había estado allí anteriormente.

Dos días de atención, un episodio de disputas por la comida y una acusación directa de retener la ropa.

"Sopa." Dijiste, casi tímidamente mientras te sentabas a su lado, preparándote para llevar la cuchara a sus labios. Sus fríos ojos azules se entrecerraron sobre el cuenco, lo que le obligó a sentarse y estirar las manos para quitártelo de las manos.

Estaba callado. Pero claro, parecía que siempre estaba callado. Ayudaste a transferir el cuenco a sus manos, ignorando el gesto de dolor cuando flexionó el hombro y levantó la cuchara. Dando una mirada de reojo que decía: "Déjame comer solo, soy un hombre adulto". Incluso si observabas el ligero temblor en sus manos mientras comía, obligándose a superar el dolor que no necesitaba. Tú lo permitiste, tal vez fue su orgullo, tal vez necesitaba darse a sí mismo lo que podía.

Tú le permitiste eso.

Las interacciones entre ustedes dos se habían silenciado hace mucho tiempo, en lugar de llenar inútilmente el vacío del silencio con divagaciones nerviosas y palabras tranquilizadoras. Te encontrarías hablando un idioma completamente diferente simplemente a través de los movimientos: los cambios sutiles de sus ojos a través de la habitación, el arco de su espalda mientras se levantaba. Si bien no habla con frecuencia, su cuerpo hablaba por él a través de ojos expresivos y un cuerpo que traicionaba el llamado silencio que anhelaba.

Tu mano se levantó, agarrando el cuenco antes de que se derramara y su mano envolvió tu muñeca. Su firme agarre cubre completamente tu muñeca, sus ojos ahora enfocados en ti.

"¿Por qué me ayudas?" La pregunta se fue, la exhalación de sus palabras y su disipación en la silenciosa habitación, llenando pequeñas grietas en las paredes con una voz profunda de la que sólo habías oído hablar en los libros que guardabas junto a tu cama.

"Estabas herido y necesitabas ayuda". Explicaste cuidadosamente, con los ojos enfocados en su mano todavía fijada en tu brazo.

No, no porque estuvieras sola.

No porque tuvieras miedo.

Eso era lo correcto en hacer.

"Puedo alimentarme solo". Él gruñó, soltando tu brazo y tu mano ahuecando el fondo del tazón una vez más, incluso si el apretón de sus manos fue descarado.

El orgullo de un hombre.

"Vas a hacer un desastre-" respondiste.

"¿Y? ¿Ensuciarme la ropa?" Preguntó, su voz fuerte y segura con ese timbre profundo retumbando en su pecho como si esto le divirtiera. "No tengo ropa puesta, ¿recuerdas?"

Tus mejillas ardieron, giraste la cabeza y respiraste profundamente tratando de no darte la vuelta inmediatamente y reaccionar, mirar su cintura y discutir. Mordiéndote la lengua y esperando solo un milisegundo para ordenar tus pensamientos, giraste la cabeza hacia atrás para mirarlo, la diversión clara en sus ojos azul pálido.

Rápidamente te levantaste, te disculpaste y saliste para tomar un respiro.

Sí, realmente disfrutaste su silencio.

admin nota: keegan no te hagas el difícil, yo sé que te gustó 😝🤙 (ah los emojis)