Oportunidad

167 34 5
                                    

Rivers no podía controlar su hiperactividad, tal vez era eso lo que lograba ahuyentar a Rocio. Debía de controlarse, o no podría acercarse a ella sin que salga corriendo o reciba golpes.

Ahora entraba por la ventana y procedía a desvestirse, cuando la puerta fue abierta de imprevisto.

_Oh, ahí estás - ingresaba Rocio, sonreía para luego ver extrañada esa sudadera que Toto usaba, Rivers estaba nerviosa - seguro fue mi papá - viró los ojos - no importa, mira lo que te traje - mostró contenta el collar rojo que había robado de la tienda de su padre.

Rivers no sabía que era eso, solo inclinó la cabeza porque la castaña quería ponérselo. Pero por alguna extraña razón, se detuvo.

_Primero tengo que bañarte, ya está listo el agua.

"Oh, no. No dijiste eso"

Rivers salió corriendo.

_¡Toto! - Rocio vio incrédula como huía - ¡Toto, vuelve aquí!

Comenzó a seguirlo rápidamente. Rivers no sabía dónde esconderse, ¡odiaba los baños! ¡Ella no se iba a bañar! ¡por supuesto que no!

Rocio bajó a la sala confundida, no lo veía por ninguna parte. Caminó a la cocina y tampoco estaba, divisó debajo de la mesa y el resultado fue lo mismo. ¿donde podría estar?

La castaña se cruzó de brazos y pensando dónde podría haberse escondido, vio incrédula el gran bulto que estaba debajo de la alfombra.

Río porque su colita estaba fuera.

Rocio se subió las mangas de su polera, se sujetó el cabello en una coleta y a pasos pausados, caminó a sus espaldas.

Rivers chilló cuando fue atrapada con todo y alfombra.

"¡No! ¡No quiero bañarme! ¡No quiero!"

_¡Quedate quieto! ¡Toto! ¡No hagas berrinche! ¡solo es un baño! - Rocio llevaba con esfuerzo al pesado animal que no dejaba de moverse. Entró en retroceso al baño, y cerrando la puerta con ayuda de su espalda, se dirigía a la bañera.

"¡No! ¡Por lo que mas quieras! ¡No vuelvo a intentar comerme al hámster! ¡Pero por favor, baño no!" Sollozaba.

La castaña la dejó rápidamente al piso para quitarle la alfombra, y antes de que corriera, la volvió a atrapar. La cargó nuevamente y batallando con su mascota, la dejó caer lo más delicadamente posible dentro de la bañera que estaba llena de agua.

Aún así, intentó escapar con mas desesperación y Rocio tuvo que abrazarlo fuertemente y echarse sobre su espalda, era como si estuviera sosteniendo a un toro. Era realmente fuerte.

Rivers no lo resistió mas, y cansada de no poder huir, aulló fuertemente y en solo segundos, Rocio caía sobre el agua como si el tamaño del animal se hubiera reducido a un cantidad considerable.

Levantó la cabeza rápidamente, y quitándose el resto de agua de su rostro, prestó atención confundida donde se supone estaría Toto. Pero no, no estaba él, estaba una rubia mujer que sonreía nerviosa ante su mirada.

Rocio tenia los ojos bien abiertos por la tan inesperada sorpresa. La castaña estaba casi recostaba sobre ella, y bajando la mirada, se dio cuenta que estaba completamente desnuda.

_Puedo explicarlo - Rivers intentó calmarla, el rostro de la castaña se estaba preparando para gritar - ¡no grites! - Rocio intentó contenerse - no lo hagas...- pedía, la castaña ya estaba roja - control, eso... tranquila - Rocio asentía con los labios apretados - no debes asustarte, no es nada extraño...solo, soy una mujer lobo - sonrió.

Una Loba Como Mascota || Factor R Donde viven las historias. Descúbrelo ahora