Despedida

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Había pasado días desde que los hermanos con sus respectivas parejas convivían en casa de Rocio. Era un caos cada día y era estresante para la castaña, pero felizmente para ella, aquellos días ya estaban por terminar, cada quién volverá al hogar de sus parejas, ya lo habían decidido.

Pero eso sería más tarde, ahora aún seguían durmiendo, todos a excepción de Rivers. La rubia corría escaleras arriba y entrando bruscamente al cuarto de la castaña, brincó a la cama al lado de Rocio.

_¡Rocio! ¡Rocio! ¡Despierta! - saltaba con emoción.

_¿Qué pasa? - la cama no dejaba de temblar.

_Mira - dejó de brincar y mostró la mochila con la que había llegado a aquella casa - lo encontré - sonreía.

Rocio notó su rostro lleno de tierra, ya entendía porqué no encontraba la mochila desde hace tiempo, Rivers lo había enterrado en algún lugar.

_¿Por eso no llegaste anoche? - se sentó tomando la mochila.

_Es que había olvidado donde lo enterré - alzó los hombros - ¡Pero ábrelo! ¡Seguro está la piedra allí!

Rocio recordó con sorpresa el oro, lo había olvidado por completo. Rápidamente abrió la mochila y vacío todo sobre la cama. Una gran cantidad de billetes rotos, monedas y comida caducada caía.

Rocio rebuscó entre todas esas cosas con desespero. Su sonrisa creció al ver esa pequeña piedra junto a un chocolate, lo tomó y su emoción iba en aumento.

_Ahora que eres mi pareja, eso te pertenece a tí - Rivers sonreía - ¿Verdad que está bonita?

_Rivers ¿En realidad no sabes lo que esto vale? - no dejaba de sonreír. Rivers negó con confusión - ¡Esto vale mucho dinero!

_¿En serio? - no le sorprendió mucho - ¿Entonces vas a vender mi regalo?

_¿Qué? - su sonrisa se iba borrando.

_Es mi regalo para tí, lo guardé porque era muy linda y quería que tú lo tuvieras. ¿Lo vas a cambiar por dinero?

_Pero...- Rocio no supo qué responder, se supone que eso es lo que había esperado y era la oportunidad de bajar todo el dinero que perdió en un principio - Rivers...

_Es broma - Rivers rió - vendelo, sé que hice muchos problemas, este es mi forma de pago - el corazón de Rivers dió un vuelco al ver esa hermosa sonrisa en Rocio.

_Eres un amor - la castaña dejó un corto beso sobre sus labios - arriba, vamos a ir ahora - se levantaba de la cama.

_¿Ahora? Es muy temprano - respondió Rivers con pereza.

_Vamos, Rivers. Esto es de las dos, debes acompañarme - comenzaba a desvestirse.

_Está bien...- comentó resignada, no quería bañarse.

***

En la habitación continua, Ari era la tercera en levantarse, veía a Nuvia aún dormida a su lado y recordar que no podría tener hijos, la hizo entristecer. Pero ya había hablado con Nuvia, ella igualmente se quedaría a su lado, no importa que situaciones vengan, Ari siempre estaría para ella.

***

Después de cambiarse y estar listas, la pareja bajaba a la sala. El resto dormía en la alfombra y colchón, no había más habitaciones y ellos no tenían problema.

_Ahora volvemos - avisó Rocio, cuando abrió la puerta y dos hombres robustos estaban frente a ella - ¿Sí? - preguntó dudosa, Rivers se asomaba detrás. 

_¡Al fin llegan! - Félix se levantaba del suelo - tranquilos - avisó al resto que también despertaba - son mi seguridad - llegaba a la puerta - que gusto volver a verlos, ya tengo muchas ganas de regresar a México - comentó nostálgico.

Una Loba Como Mascota || Factor R Donde viven las historias. Descúbrelo ahora