Paso a paso

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Después que Rivers y Ari ensuciaran la cama por toda la tierra que habían traído en sus patas y pelajes, Rocio no tuvo otra opción que resignarse a que Rivers le traería una y más desastres como esas, así que solo respiró profundamente, se sentó en la cama y miró a Rivers con los brazos cruzados, ella solo seguía moviéndose juguetonamente.

Nuvia se bajó de la cama malhumorada y salió del cuarto sin siquiera mirar a Ari, ella por supuesto, sí pudo percibir su estado de ánimo y siendo precavida, la siguió con las orejas abajo y mirada de perro regañado.

Rivers recostó su cabeza en las piernas de la castaña y cerró los ojos para que le acaricie la cabeza, Rocio solo sonrió levemente.

_¿Despertaste temprano? - Rivers levantó la mirada y asintió - Y saliste a jugar, ¿cierto? - recibió la misma respuesta - ¿sabes que ahora tengo que darte un baño? - Rivers bajó las orejas con tristeza, comenzaba a retroceder - no puedo dejarte así, mirate - señaló, Rivers se observó y le pareció que no estaba tan mal - estás llena de tierra y barro, habíamos quedado en que te comportarías, y lo primero que haces es ensuciar mis sabanas y dejarme sin aire cuando saltaste encima. ¡tú pesas mas que yo! ¡podrías haberme roto la espalda! - regañó muy a pesar que no deseaba gritarle.

Rivers bajó la mirada apenada, y entristecida, caminó a su lado y se metió debajo de las sabanas, segundos después Rivers aparecía como humana, solo mostrando su cabeza junto a un tierno puchero.

_Está bien, lo siento, no lo vuelvo hacer - estaba arrepentida - ¿pero bañarme? Ya me bañé hace una semana - reprochó con tristeza - no es justo, a Ari no la mandan a bañar.

_Eso es problema de Nuvia, allá ella si quiere tener una esposa toda sucia, yo la quiero limpia.

La sonrisa de Rivers no pasó desapercibida.

_¿Ya me consideras tu esposa? - los ojitos de Rivers brillaron ante la idea.

_¡No! - se puso nerviosa, no iba a ser tan débil como Nuvia - ¡lo que quiero decir es que...es que...- buscaba un escape - que si quieres conquistarme, debes ser muy aseada, eso - señaló con duda - sí, era eso - sonrió.

_Oh...- asintió desanimada - está bien.

_Transformate en lobo, quiero bañarte yo - comentó con alegría.

_¿eh...? - preguntó dudosa - ¿no debo aprender yo sola?

_Pero es que me gusta lo tierna que te ves de lobito - estaba muy animada - además, traje mas cosas de la tienda de mi padre, vamos - suplicó - dejame hacerlo, ¿sí? - Rivers la miraba dudosa, la última vez que la había dejado bañarla, le había puesto un gorrito ridículamente rosa mientras le tomaba una y mil fotos en la bañera. No quería pasar por lo mismo, pero verla así de feliz, no le dejaba muchas opciones.

_Está bien - asintió sonriente, amaba verla sonreír.

_Ve poniendote tus accesorios, yo iré a preparar el baño - bajó corriendo bastante emocionada ante la idea.

Rivers solo suspiró resignada y tapándose la cara por completo, volvía a salir como una loba, yendo en su busca de lo que dijo Rocio. No había tardado mucho en encontrarlos, y ahora salía del cuarto de Rocio para dirigirse al baño, cuando en el pasillo se encontró con su hermana subiendo las escaleras, sostenía en su mano una toalla y un cepillo de baño, también iba a ducharse por órdenes de Nuvia.

Ambas detuvieron sus pasos al verse, Ari la inspeccionó de cuerpo entero, viendo que en su cabeza llevaba un gorrito rosa que se sostenía gracias a sus orejas, en su hocico llevaba un pato de ule y sobre su cuello colgaba una toalla con dibujos de gatos. 

Una Loba Como Mascota || Factor R Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ