Cuartos

202 35 4
                                    

Sólo había pasado dos horas desde que Ari y Nuvia habían llegado, y la más alta ya se encontraba contando los billetes que entregaría a Rocio por toda su comida de la semana que ahora estaba en el estómago de Ari.

_Bueno...- Nuvia depositaba con tristeza el dinero en la mano de la castaña, resignada a perder tal cantidad por culpa de la rubia - es lo justo.

_Exacto - Rocio contaba los billetes - después de querer comerme, se atreve a ir a mi cocina con tal descaro y dejarlo vacío - ambas giraron a ver a las hermanas, quienes seguían en la cocina, acabando con lo poco que quedaba.

_¿Y si las llevamos al supermercado? - opinó Nuvia con una sonrisa.

_¡NO! - saltó de inmediato - mejor no, será mejor que no lo hagamos - su amiga la vio extrañada - creeme, sé lo que digo.

_Bueno, si tú lo dices - se relajó en el sillón - de todos modos estoy muy cansada para salir - estiró los brazos - no sabes lo difícil que es viajar con Ari.

_Y tú no sabes lo difícil que es vivir con Rivers.

Ambas suspiraron profundamente, asintiendo.

De pronto se enderezaron alarmadas al escuchar un fuerte ruido, como si fuera el sonido de una cascada.

_¡Ari rompió la cañería! ¡Rocio! - Rivers salió corriendo.

_¡Solo quería tomar agua! - la seguía detrás.

Nuvia pudo ver con claridad como los ojitos de Rocio se humedecieron.

_Mi casa - murmuró con tristeza.

****

Despues de cerrar la llave principal para que el agua no siga inundando la cocina, Nuvia se encontraba secando el piso con un simple trapo. Mientras Ari ordenaba lo que vendría siendo, su nueva habitación. Rivers la ayudaba e indicaba donde iba cada cosa, todo lo que había aprendido de Rocio.

La castaña había ido al supermercado por si sola, no quería más problemas por parte de Rivers o Ari. Eran buenas chicas, pero un completo desastre, no queria ni imaginar lo que tendrá que aguantar ahora que se han juntado.

¿Todos de su especie serán así?

_Ya llegué - anunciaba Rocio mientras cerraba la puerta tras ella. Escuchó unos pasos en el segundo piso y Rivers aparecía corriendo, bajando las escaleras. A los segundos Rocio ya estaba en el piso con Rivers acurrucada en el cuello - eres delgada - habló en un hilo de voz - ¿por qué pesas tanto? - la castaña la quitó de encima de un empujón - te dije que no me recibas así - se levantaba.

_Es que te extraño tanto cuando sales - la volvió a abrazar, cerrando los ojos - y me alegra cuando llegas.

_Está bien - sonrió resignada - comprendo, pero ahora ayudame con las bolsas, por favor.

Rivers asintió de inmediato y las iba recogiendo del suelo, Rocio se quitó su abrigo y caminó a la cocina, dejando su prenda de paso en el sillón. Rió cuando encontró a Nuvia cambiando parte del tubo donde se conectaba con el caño.

_¿Ahora eres plomera? - se cruzó de brazos.

_Aprendí muchas cosas en mi viaje - sonrió - además que no quiero que me cobres por lo que hizo Ari - Rivers pasaba por su lado, comenzando a ordenar todo en su respectivo lugar - ¿ya la entrenaste? - rió por lo bien que se estaba comportando la rubia. 

_Ah - le quitó importancia - cada día rompe menos cosas - sonrió, admirando la tierna cara de duda que tenía Rivers al tratar de diferenciar una lima de un limón - cariño, la mas grande es una lima - comentó. Quedando de inmediato sorprendida por sus propias palabras.

Una Loba Como Mascota || Factor R Where stories live. Discover now