Especial 2 (parte 2)

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Ya había pasado una hora desde que Pepito fue tras su novia, la pelimarrón había entrado en pánico y sus mente ignoraba por completo los llamados, solo quería huir.

Los mayores estaban sentados al rededor de la fogata mientras esperaban, sus hijos se encontraban dentro de las casas por órdenes de sus padres, por ahora no podían jugar ni cazar porque asustarían a la nueva invitada.

Las miradas fueron nuevamente a Ari, regando con reproche.

_¿qué? - Ari enfrentó - nadie me avisó. Nunca me dicen nada pero siempre me hechan la culpa - les quitó la mirada, sintiéndose molesta.

_¿no se lo dijiste? - Rocio interrogó a Nuvia, ella negó lentamente, sintiéndose culpable.

_Me olvidé decirle...

_¡¿Ya ven?! - Ari reprochó a todos - pero claro, culpen a la Ari, siempre yo - les dió la espalda.

_Perdón, amor - Nuvia se sentó más de cerca, acariciando su espalda - es que estábamos apuradas en...en...- miró a todos con disimulo, se acercó al oído de Ari y susurró - ya sabes...- se volvió a alejar - y por eso no pude decirte.

Ari sonrió sonrojada al recordar.

_Bueno, cualquiera se equivoca - se abrazó a su esposa nuevamente.

***

Pepito rastreaba el aroma de Marcela, podía sentir que estaba cerca, pero el viento soplaba fuerte que difícilmente podía seguir el rastro. Estaba muy preocupado, ella era muy sensible y temerosa, le tenía miedo hasta los bichos más inocentes.

No podía llamarla a su celular, lo había encontrado tirado hace minutos. Iba a gritar nuevamente su nombre cuando escuchó fuertes pisadas detrás de él. El cuerpo de su novia se chocó con la de él y ambos cayeron al suelo.

Pepito notó su expresión aterrada y cuando iba a preguntar, Marcela saltó sobre él y lo abrazó, tratando de cubrirlo por alguna extraña razón. Fue cuando el castaño escuchó ese rugido, al segundo un puma aparecía en lo alto, saltando sobre ellos. Pepito entendió porqué quiso protegerlo pero él la abrazó más fuerte y giró su cuerpo poniéndola a ella debajo justo a tiempo, antes de sentir las dolorosas y fuertes garras del puma lastimar su espalda.

El castaño gritó ante el fuerte dolor y el grito de Marcela resonó entre los árboles al verlo sangrar y ver que el puma se aferró a él y hundió sus dientes en su hombro.

El eco de su grito recorrió todo el bosque, llegando rápidamente a los oídos de Rocio y Rivers quienes se pusieron de pie de inmediato.

Los gritos lo escucharon también sus hermanos, primos y toda su familia. Rivers y Rocio fueron las primeras en correr a la velocidad de su animal interior. Sus ojos comenzaron a latir cambiando a rojo constantemente, yendo en búsqueda de su mayor hijo.

El castaño fue sacudido con fuerza, haciéndolo gritar entre sollozos. Levantó los brazos y abrazó del cuello al puma, comenzando una pelea. Podía transportarse fácilmente, pero no quería asustar a la pelirroja, temía perderla.

Marcela buscó desesperada algo con qué defenderse, tomó una gruesa rama del suelo y corrió a intentar golpear al puma.

_¡NO TE ACERQUES! - frenó ante el grito del castaño, quién no soltaba el cuello del puma mientras este lo seguía mordiendo - ¡QUÉDATE ALLÍ! 

Marcela temblaba del miedo y duda al ver la fuerza que su novio tenía, ¿cómo lograba sostenerlo? Eso...no podría ser normal.

Pepito observó preocupado un nuevo puma acechando a la pelirroja por la espalda, estando a punto de saltar.

Una Loba Como Mascota || Factor R Where stories live. Discover now