Epílogo 1

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El día había pasado muy rápido para Rocio, a penas hace minutos había dejado dormir a Rivers en la segunda habitación, la rubia tenía un sueño muy pesado por lo agotada que estaba.

Rocio aprovechó para cocinar su comida favorita para cuando despierte. Cuando terminó, se tomó el tiempo para bajar tranquilamente la cama por partes, ya no servía.

Dejaba la madera a las afueras de su casa cuando notó a Nuvia llegar junto a Ari, la rubia sostenía una bolsa de compras en cada mano.

_¿Qué pasó? - Nuvia se detuvo frente a la castaña, la madera del encabezado estaba rota - no me digas que Rivers lo rompió - se cruzó de brazos - esta sería la cuarta cama que romper por andar jugando.

_Ella no lo rompió - respondió Rocio - lo rompimos - se dirigió dentro.

_¿Cómo que lo rompieron? ¿Pues qué hacían? - la siguió a sus espaldas, había llegado de visita.

Ari ingresó a casa junto con ellas, su nariz se removió por un extraño aroma que invadía la casa.

_Estabamos jugando, Nuvia, ya sabes - la castaña subía escaleras arriba - ¿Pero qué te trae por aquí? - se escuchó desde arriba.

_Ow, Ari y yo iremos de campamento, es un bosque alejado de aquí, Ari dice que extraña cazar y vivir su vida de animal - rió - ¿Quieren ir? Así Rivers la pasará bien. Nos vamos mañana en la mañana.

_La verdad - Rocio bajaba con colchón en hombro, aquella fuerza le gustaba, la hacía sentir especial - Rivers no está disponible ahora, quizá en una semana - volvió a salir a la calle.

Ari se escabulló con disimulo al segundo piso en busca de su hermana.

_¿Está mal, Rivers? - preguntó Nuvia con preocupación.

_No, solo que estaba semana será solo para nosotras, son días especiales - sonrió con un brillo en los ojos.

_Ow, entiendo - asintió - están muy enamoradas - sonrió igualmente.

*****

_¿Cómo es posible? - Ari estaba cruzada de brazos, veía en forma de regaño a su hermana, esta solo desviaba la mirada sonrojada, se encontraba envuelta entre las sábanas - ¡Eso no es de lobos, Rivera! ¿Cómo es posible que Rocio te dejara así? ¡Una humana!

_Ya no es humana.

_¡Pero tú eres más lobo que ella! ¡No puedo creerlo! - se sujetó la cabeza con frustración - ¡Ni siquiera puedes pararte! ¡Y apenas van un día! - señaló - es una vergüenza para nuestra especie, muy mal, Samantha, muy mal - negó con decepción.

_Una vergüenza - Leo rió al pasar por la entrada - hola, buenos días y adiós - se despidió, sería difícil bajar con sus sillas de ruedas.

_¿Ves? ¡Hasta el gato se burla! - gritó Ari.

_¿Por qué le hablas así? - Rocio se detuvo en la puerta, su mirada era seria hacia la rubia, Nuvia aparecía detrás, mirando curiosa.

_¿Qué le hiciste a mi hermana? - enfrentó Ari - ¡Mírala! ¡La dejaste coja! - regañó.

_¿Tienes algún problema con eso? - preguntó, comenzando a enfurecer, las emociones de Rocio estaban demasiados sensibles que fácilmente se pondría de mal humor.

_Ya, ya, por favor - Nuvia intervenía - ¿Acaso ustedes nunca se van a llevar bien?

_¿Llevar bien? Si fueras loba sabrías que hasta su olor a gato techero fastidia - acusó Ari. 

_¿Ah sí? - Rocio se cruzó de brazos - pues mira, yo que ahora soy como ustedes, tu apestoso olor de pollo mojado no pasa desapercibido - acusó - y tú también apestas a ardilla, Nuvia, perdón pero es la verdad.

Una Loba Como Mascota || Factor R Where stories live. Discover now