Aprendiendo

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Habían tardado demasiados días en volver, solo hicieron una parada en casa de Rocio para traer comida y el auto volvía a avanzar. Nuvia guiaba a Roier al negocio de su amiga extranjera, había llamado anticipadamente y Lauren ya tenía todo preparado para atenderlas.

Lauren se había sorprendido al escuchar toda la historia, nunca pensó que la pareja de Nuvia resultaría ser mitad lobo como lo era su esposa. Y que Nuvia lo dijera tan confiada, le hizo entender que ella ya sabía sobre su familia.

_¿Falta mucho? - Roier preguntó, Lauren atendía a Osvaldo al ser el más grave - mi pareja tiene mucho dolor, ella no es mitad animal.

_Les dije claramente que no entraran - respondió Lauren, estaba cociendo el hombro de Osvaldo, este estaba anestesiado. Sus huesos habían sido colocados en su lugar y podría volver a ser humano para curarse por su cuenta - y yo curo animales, no monjas - terminó de coser.

_¿Entonces ya la traigo? - la ojiverde suspiró ante la respuesta de Roier. Resignada, solo asintió, después de todo ya había terminado con el castaño - ¡Sabi! ¡Ven! - gritó Roier desde la puerta.

_¡Que no puedo caminar! - respondió - ¡Ven tú!

En el gran patio de Lauren, el resto esperaba mientras veían al pelinegro correr con alegría de un lado a otro, parecía un niño.

_¡Esto es maravilloso! - gritaba Félix, tenía bastante velocidad y eso le encantaba. Se detuvo frente a un árbol y mirando la altura, quiso intentar llegar a la cima. Preparo su cuerpo y dando un brinco, solo saltar a gran altura, dándose de golpe en la última rama. Cayó de cabeza contra el suelo pero no se hizo daño, se veía incluso más contento - ¡¿Vieron eso?! - levantó la cabeza - ¡Salté muy alto! ¡Y no me dolió cuando caí! - rió, volvió a levantarse para seguir trepando el árbol.

Rocio miraba esto con los ceños fruncidos, él disfrutando y ella aún transformada en lobo. Rivers estaba a su lado, no quería decir nada, podía sentir su enojo, eso la ponía nerviosa.

_Rocio - la castaña giró a verla, pudo sentir que la amenazó solo con la mirada - mira, volver a tu forma humana es sencillo - Rocio comenzó a gruñir - ¿Y por qué te enfadas conmigo? Yo no hice nada - Rocio le giró el rostro, estaba ofendida - solo tienes que relajar tu cuerpo y enfocarte en tu forma humana. Vamos, hazlo - se inclinó delante de ella - vamos, Rocio. Puedes hacerlo - acarició detrás de su oreja.

La castaña bajó la mirada resignada y asintió. Cerró los ojos para concentrarse y respiró profundo. En sus pensamientos se vía ella misma en cómo era antes, imaginaba sus dedos, su cabello, el color de su piel.

Abrió los ojos lentamente y se encontró con la mirada de Rivers, ella evitaba su mirada, nerviosa. Rocio se miró así misma y sus ojos se aguaron al verse de la misma forma.

¿Y si se quedaba así para siempre?

_¡Rocio! - llamó Roier desde dentro - ¡Tu turno!

_Tranquila, ya aprenderás - Rivers la alentó - vamos a que te revisen.

Rocio asintió cabizbaja, y caminando a cuatro patas, la siguió dentro de la casa.

_¿Por qué no me atiende a mí? - Nuvia seguía sin poder moverse, ni siquiera podía mover la cabeza, todo su cuerpo estaba vendado - ¿No ven que me duele? - su voz tembló.

_Te van a llevar al hospital - respondió Ari - Lauren no puede curarte, su esposa está llegando, ella es doctora.

_¿Y por qué a Sabi la atendieron? - preguntó desde el suelo, parecía un muñeco para año nuevo.

_Ella no tenía los huesos rotos, Nuvia. Además, solo fué su pierna, a tí casi te hicieron pedazos.

_Creo que el riñón lo tengo en la garganta - comentó con preocupación, Ari solo rió. 

Una Loba Como Mascota || Factor R Where stories live. Discover now