Enamorada

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Sabi ya no tenía problema en vestir como la mayoría de los de su edad, es más, le parecía muy lindo su sudadera de flores y sus pantalones entallados.

Había estado caminando frente a los hermanos mientras ellos la seguían a la par que conversaban.

_¿Cómo la conquistaste? - el castaño observaba a la joven chica, no parecía tener dudas de ir con ellos, parecía feliz.

_No lo sé, por lo que aprendí, aquí se conquista de diferente manera, así que no tengo ni la menor idea - su mirada no se apartaba de Sabi - pero me alegra que haya sido así.

_¿Debo secuestrar a mi chico? - preguntó dudoso, podría ser esa su salvación.

_Creo que a él ya lo secuestraron, no le va a gustar que lo hagan otra vez - se puso a pensar - aunque podría ser.

_No - Sabi se detuvo frente a ellos, mirando seriamente a Roier - nada de secuestros, ya lo habíamos hablado.

_Sí, ya sé - Roier viró los ojos - me diste una larga charla sobre eso, ya entendí - atrajó a su hermano por los hombros - pero miralo - apretó sus mejillas - se puede quedar solito. ¿no te da pena?

_Sueltame - Osvaldo pedía con sus labios en forma de pez.

_Sueltalo - ordenó Sabi y el pelinegro obedeció en seguida - y no pueden andar por ahí secuestrando a personas como si nada - pronunció preocupada - podrían terminar en prisión - la religiosa pudo ver en sus pensamientos a ese par de hermanos llorando en la cárcel y suplicando perdón, que sus ojos se humedecieron de la nada.

_¿Está bien? - murmuró Osvaldo mirándola dudoso, la monjita miraba a la nada - me está dando miedo.

_Creo que está hablando con su Dios - respondió en silencio, cuando Sabi juntó sus manos y cerró los ojos, comenzando a rezar - sí, eso hace.

_¿Dios? - preguntó el castaño.

_Nuestro padre - Roier respondió con simpleza.

_¿mi papá que tiene que ver aquí?

*****

_Ya llegamos - Rocio abría la puerta e ingresaba junto a Rivers, había tardado mas de lo normal por el comportamiento tan desesperante que tenían sus compañeras hacia la rubia, para la proxima vez no la llevaría - ¿Nuvia? - llegaba a la sala, no le habían contestado.

_Tengo sueño - Rivers se recostaba en el sofá.

_Fue un largo día - buscaba con la mirada pero pareciera que no habia nadie en casa - ¿a donde habrán ido? - se sentó en el sofá contrario y enseguida Rivers abandonó el otro, recostando su cabeza sobre sus piernas, ya era algo normal para Rocio.

_¿me das cariño? - la rubia pedía con los ojos cerrados y una ligera sonrisa en sus labios, Rocio no pudo resistirse a esa carita.

La castaña acarició su cabello con delicadeza y observó como Rivers comenzaba a dormirse en pocos minutos.

Observó sus facciones al detalle, su piel tan perfecta, sus labios carnosos y rosas, y ese rostro tan angelical, sin duda era una chica demasiado hermosa. 

Rocio continuó acariciando su cabello, incluso cuando Rivers ya dormía, sentía una gran necesidad de recostarse a su lado y acurrucarse junto a ella, pero no quería despertarla, aunque tambien sabia que Rivers sería la más feliz si hiciera eso.

Sonrió al imaginarla.

_¿y esa cara de enamorada?

Rocio brincó del susto y tiró a Rivers de cara contra el piso, pero sorprendentemente ella seguía durmiendo como si nada.

_¡Nuvia! - Rocio regañó a su amiga por asustarla, Nuvia llevaba sentada frente a ella desde hace diez minutos - ¿que te pasa? No me asustes - respiró calmada.

_Me parece increíble - Nuvia la analizaba.

_¿de que hablas? - Rocio colocaba un cojín debajo de la cabeza de Rivers.

_Es que nunca te había visto enamorada - suspiró y se recostó sobre el respaldo del sillón - estabas tan perdida en ella.

_No estoy enamorada - contradijo de inmediato y Nuvia soltó una risa burlona - ¿que te hace pensar eso?

_Por dios, Rocio, mirate, ni siquiera te diste cuenta de mi presencia, ni la de Ari - señaló a la rubia que acomodaba juguetes para niños en una caja, Nuvia pensaba que eran para ella misma, sabe de por si que nunca tuvo algún juguete y quería engreirla - practicamente el que te mire se daría cuenta, todos menos tú.

Rocio se hizo la ofendida, muy exagerado para Nuvia quien viró los ojos por su fallida actuación.

_No entiendo - continuó - ¿que tiene de malo que te guste? Le falta madurar un poquito quiza, pero es cuestión de adaptarse a la civilización.

Rivers escuchaba todo mientras fingía dormir, debió morder a Nuvia mientras pudo, ella no es inmadura, el mundo es muy gris en todos los aspectos.

_Ya, quizá...- Rocio divagaba - me guste un poco - la rubia sonrió con disimulo - pero puedo enamorarme de ella - susurró, pero Rivers la escuchaba perfectamente.

_¿Por qué? - Nuvia se inclino para susurrar igualmente, Ari tambien comenzaba a escuchar sin que se den cuenta.

_¿acaso no lo entiendes? - mencionó con tristeza en su voz - Nuvia, sé que tú y Ari han logrado algo lindo, pero lamento decirte que ellas no están enamoradas de nosotras - las tres chicas fruncieron los ceños con duda.

_No te entiendo, ¿por qué dices eso?

_Porque es algo obvio, algo que ellas nos dijeron, ¿crees que llegaron y se enamoraron de inmediato? No, solo tienen una idea en su cabeza y es reproducirse, por eso no voy a enamorarme de alguien que seguro me romperá el corazón - se puso de pie algo enfadada por sus propias palabras y se fue a su habitación.

Dejó pensativa a su amiga, las dudas comenzaron a invadir sus pensamientos al pensar que en realidad no le gustara a Ari y solo se haya entregado por dejarse llevar en el momento.

Para su alivio, había tomado la pastilla del día siguiente.

Ari miraba seriamente por donde se había ido Rocio, no iba a permitir que aquella gata le meta ideas a su novia y arruine el futuro de su descendencia. ¿ella que sabe de sus sentimientos?

Pero ya verá...

_Así que eso era - Nuvia observó a Rivers levantarse, se rascaba una de sus orejas - creo que no le expliqué lo suficiente - comenzó a reír mirando a Nuvia - tú te quedas - tomó de su polera a Ari quien pasaba por su espalda y la tiró directo a sillón, haciendo que dé una voltereta.

_¡¿que te pasa?! - la rubia se puso de pie de inmediato - ¿por qué me tiras? - sostenía una sonaja en su mano.

_No le harás nada a Rocio - señaló - sé lo que estás pensando.

_¿no escuchaste lo que dijo? - se cruzó de brazos - creo que cuando te bañes debes de lavarte los oídos también.

_Ay, tú tampoco te las lavas - se ofendió.

_Ok...creo que mejor...- Nuvia no sabia que decir - voy al baño - se fue.

_Ya la espantaste - acusó Ari, regresando con enojo de vuelta a su caja con juguetes - ahora tengo que ordenar esto sola, Nuvia iba a ayudarme.

Rivers se encogió de hombros y le dio la espalda, cuando ambas se pusieron alertas cuando escucharon un ronroneo, el estúpido gato estaba en la ventana.

_¡Tú! - ambas hermanas señalaron con enfado. 

Una Loba Como Mascota || Factor R Where stories live. Discover now