Otro más

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El sol volvía a ocultarse, Nuvia seguía conduciendo ahora que Rocio por fin dormía, por puesto, no se había separado de Rivers, yacía abrazada a ella como la rubia lo hacía desde un comienzo.

Nuvia bostezaba del sueño, todos dormían profundamente, nadie se había dado cuenta de una pequeña patita que se estiraba para arrastrar el pedazo de pan que estaba en el suelo del auto.

Sus garras lo tomaron y lo llevó a él, sus mordidas se escuchaban apenas y su olor se había despistado por tener el pelaje lleno de grasa de motor, el gato se había quedado dormido dentro cuando Rocio encendió el auto, ahora mismo odiaba a esa humana.

Volvió a asomarse cuando su olfato lo guío a algo más, un trozo de diminuto hueso estaba tirado. El gato bufó con enfado, estúpidos lobos, hasta los huesos se comían.

Pasaron unos días dónde nadie se dió cuenta de su presencia, solo aparecía cuando todos dormían y observaba extrañado por la ventana el largo viaje del auto.

_¡Despierten! - gritaba Nuvia, la comida estaba lista y nuevamente todos salían entre empujones.

Cada quien comía por su cuenta, las miradas entre Ari y Nuvia eran algo incómodas, no habían logrado hablar como querían y el pasar de los días, habían puesto en duda si aún seguían en una relación.

Ari no quería causarle más problemas, no sabía nada de esa vida y le costaba entender, era mejor mantener lejos los problemas que volver a hacer enfadar a Nuvia.

_Ahora vuelvo - avisó Rivers.

Se alejó algo lejos y se escondió detrás de unas rocas, necesitaba orinar. En eso iba cuando vió extrañada a un gato gordo oliendo el suelo y tapar sus propi orina.

Vió como se movía sigilosamente al auto y entraba de un salto por la ventana trasera que estaba rota. ¿Ese no era el molesto peludo que le había arañado la cara?

_Hey, Rivers - llamó Rocio desde el comedor improvisado, pero la rubia no le hizo caso, se dirigió de frente al auto y se encerró en él.

Todos brincaron del susto ante el maullido y gruñidos humanos dentro del coche, este se sacudía por la pelea que había dentro, nuevamente el gato estaba ganando y no soltaba su nariz, aunque tampoco había salido intacto, Rivers le había dado en las bolas sin querer, sabía que era un golpe bajo.

_¡¿Qué pasa?! - Nuvia llegó corriendo, abrió la puerta y encontró al gato sobre Rivers, mordiendo su oreja y ella mordía su cola, ninguno se soltaba.

Ambos se quedaron en sus posiciones la verse atrapados en plena pelea.

_¡¿Qué hace ese gato aquí?! - Rocio se puso de pie.

_¿Quién es? - preguntó Roier.

Nuvia tomó al peludo amigo y este miró amenazante a Rivers, Rocio no tardó en llegar al lado de la rubia y observar cómo se encontraba, sus mejillas estaban rasguñadas y sus cabello alborotado.

_Mira cómo te dejó ese tonto - pronunció mientras la abrazaba, sus ceños se fruncieron al escuchar al gato bufar - tú cállate - regañó - ya no te creo nada - acariciaba la mejilla de su acompañante.

_¿Qué vamos a hacer con un gato? - Nuvia la cargaba como si fuera un bebé, Ari también miraba amenazante al animal - no podemos ir con él y menos dejarlo aquí, si lo llevamos es más que seguro que se lo comen - el gato agrandó los ojos al escuchar aquello.

_Ya lo dijiste - Sabi se acercó con una sonrisa, miraba sonriente al gato - lo llevamos, yo lo cuido - acarició sus mejillas - mira que lindo, awww.

_No tiene nada de lindo - murmuró Roier, celoso. 

Una Loba Como Mascota || Factor R Where stories live. Discover now