Bestia

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El plan de Rivers parece haber salido a la perfección. Ambas mujeres tenían bajo su merced a sus parejas, quienes no podían resistirse a sus besos por más que sus pensamientos le recriminaban que no era lo correcto.

Para la tranquilidad de Rocio, Rivers se separó de sus labios, manteniendo esa sonrisa tan tierna y juquetona. La castaña tenía su corazón acelerado y tenía los ojos cerrados, tratando de tranquilizarse.

Volvió a temblar cuando Rivers acarició sus labios con suavidad, observándolos. Se veía tranquila a comparación con ella.

_¿Por qué? - preguntó Rocio en voz baja. Rivers inclinó la cabeza a un lado, no entendiendo su pregunta - Cada vez que me besas, no puedo sólo alejarme, ¿por qué? Es como si no tuviera control de mi propio cuerpo - Rivers solo sonrió, admirándola.

_Es porque tu cuerpo sabe a quién pertenece - Rocio volvió a ponerse nerviosa al sentir los dedos de Rivers sobre la piel de su vientre - si deseo, puedo hacerte el amor ahora mismo.

Los ojos gatunos de Rocio mostraron preocupación, haciendo reír levemente a Rivers, quien quitó su mano del vientre de Rocio, volviendo a cubrirlo con su propia ropa.

_Pero tranquila, sé que aún no estás lista. Tu cuerpo ya reacciona a mi presencia - llevó su mano al centro del pecho de la castaña - sólo falta que tu corazón también lo haga - sonrió.

La castaña la miraba ahora a ella, preguntándose si Rivers ya comenzaba a adueñarse de sus sentimientos también o sólo era el toque de sus manos a su cuerpo. El temor volvió a invadirla cuando el latido de su corazón iba en aumento al percatarse de su cercanía. Rivers vio dudosa su pecho, percatándose de aquello. Quizo acercarse para escucharlo, pero Rocio reaccionó de inmediato, pegándole un rodillazo en su zona baja.

Rivers cayó a un lado de la cama.

_Pero...- Rivers volvió a perder el aliento - ¿Ahora qué hice? - su voz temblaba mientras seguía echa bolita en suelo, sujetándose la parte afectada.

_¡Por besarme sin mi permiso! - respondió nerviosa - ¡ahora vete! - se cubrió con las sábanas hasta la cabeza, avergonzada - y trae a Nuvia de vuelta, seguramente se quedó hablando con Ari.

_Está...- gimió adolorida al momento de levantarse - está bien, sólo quería intentar dormir a tu lado, sabes que me gusta abraz- un gemido se escuchó tras la otra pared de la habitación.

Rocio quedó extrañada al igual que Rivers, destapándose. La castaña se levantó alertada por lo que acababa de pensar.

_Lo que pasa conmigo cuando me besas, ¿tambien ocurre con las demas parejas de lobos? - preguntó rápidamente.

_Sí...- respondió extrañada.

_Y Ari también va a respetar a Nuvia, ¿cierto? - preguntó esperanzada, pero ver la cara perpleja de Rivers, le hizo temer por la pobre de su amiga.

_¡Nuvia! - salió paranoica.

_¡Ari! - corrió detrás de ella - ¡no lo hagas!

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Ari terminaba de quitarse su polera cuando Rocio la tacleo de lado, las dos cayeron ruidosamente al lado de la cama.

_¡¿Pero qué haces?! - Ari recibía manotazos por parte de la castaña, quien estaba sobre ella mostrándose molesta - ¡Detente! - gruñó con enfado.

_¡Con mi Nuvia nadie se mete! - la rubia cambió el color de sus ojos a unos rojizos, intentado controlarse, estaba enfadada por la interrupción de la castaña. 

_¡Ya basta! - Rivers llegó a tiempo al lado de Rocio, haciendo que Ari se detuviera cuando iba a saltar sobre ella. Nuvia solo observaba incomoda la situación, cubriendo su cuerpo con las sábanas. Rivers tomó por la muñeca a Rocio y la puso de pie, llevándola contra su voluntad a un extremo de la habitación - ¿estás loca? Ari podría matarte - regañó.

Una Loba Como Mascota || Factor R Where stories live. Discover now