Especial 1

130 22 0
                                    

Unos años más habían pasado, el pequeño nuevo integrante ahora tenía cinco años y estaba a punto de dar una presentación en su escuela. Sus hermanos mayores y Rocio esperaban entre los asientos, siendo los primeros en la fila.

La castaña miraba constantemente la entrada del auditorio, la presentación de Leo, como lo habían llamado a pedido de Rivers, estaba a punto de comenzar, era el siguiente, pero Rivers no aparecía.

A unos cuantos metros de la escuela, Rivers corría peligrosamente por la calle, se hacía paso entre la gente y gritaba perdón por cada persona que tiraba. Había atrapado a un ladrón en el último momento y para la mala suerte del muchacho, fue llevado como si de un trapo se tratase, Rivers estaba apurada, tenía que ir a la presentación de su hijo, sabía que la esperaba con la ilusión de un pequeño niño.

El castaño de ojos color miel asomó su pequeña cabeza y saludó tímidamente cuando vió a su familia allí presente. El pequeño caminó con su disfraz de caballo al centro del escenario y los aplausos lo recibieron. Tenía que levantar la cabeza del caballo constantemente porque era un poco grande.

_Hola - saludó sonrisa tímida. Sus ojos pasaron por cada rostro de su familia, ellos saludaban con alegría por lo tierno que se veía. La sonrisa del pequeño fue desapareciendo lentamente, observó el asiento de su madre vacío, ¿Dónde estaba mamá? - ¿Y mamá? - preguntó por el micrófono, el silencio llenó por completo la sala - ¿No vino?

Rocio hizo la manía de querer hablar, pero no supo qué decir. Su corazón se rompió al ver la desilusión en los ojos de su niño.

_¡AQUÍ ESTOY! - Rivers caía repentinamente del techo al lado de Leo. Los gestos incrédulos y sorprendidos estaban en la mayoría, excepto en su familia. Sus hijos mayores se encogían lentamente en sus asientos, pero Rocio...ella simplemente la admiraba - ¡Aquí estoy, aquí estoy! - se levantaba con alegría - aquí está mamá - le sonrió al pequeño, el menor levantó otra vez la cabeza del caballo y le sonrió con adoración - iré a mi asiento - le susurró al inclinarse a él - lo harás bien, cariño. Vas a hacerlo genial.

Leo asintió y Rivers bajó del escenario de un salto, Rocio negó divertida cuando se sentó a su lado y de inmediato sacó una cámara de su bolsillo.

_¿Y esa entrada?

_No me dejaron entrar - respondió Rivers mientras enfocaba - ahora shhh, que ya va a exponer sobre los caballos - sonrió.

Durante la presentación, Rocio no sabía si enternecer por su hijo menor o por Rivers. Rivers movía los labios en sincronización con los de Leo, se sabía todo perfectamente, y no era de menos, habían practicado juntos cada vez que Rivers encontraba un tiempo fuera de su trabajo.

_...y por eso los caballos - susurraba Rivers - ¡Son lo más bonito del mudo! - gritó el pequeño en el escenario.

Las risas divertidas se escucharon por la errónea palabra, causando alegría al menor por hacer que toda esa gente sea felíz. El pequeño fue llevado por su maestra fuera del escenario y este se despedía moviendo la mano junto a con una sonrisa.

*****

_Listo - Rocio bajaba a la sala, habían llegado de la escuela y ya había anochecido - Leo está durmiendo, llegó muy cansado - se sentó junto a Rivers y recostó su cabeza en su hombro - ¿Qué haces? - miró con duda su celular.

_Es Luis, quiere que vaya a una fiesta - no sabía qué responder.

_¿Y quieres ir? - preguntó de manera tranquila.

_No sé, dice que debo socializar más. ¿Tú crees que deba ir?

_No lo sé, ese compañero tuyo no me agrada. 

Una Loba Como Mascota || Factor R Donde viven las historias. Descúbrelo ahora