Capitulo 28

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Es fácil quitarse la ropa y tener relaciones, la gente lo hace todo el tiempo. Pero abrirle tu alma a alguien, dejarlo entrar en tu espíritu, pensamientos, miedos, futuro, esperanzas, sueños...Eso es estar desnudos.

-Anónimo

Michael PDV

Después de que Allen se tomara sus pastillas (habrá pasado como una hora, todos dormían ya), ambos nos quedamos recostados en la cama, sin decir nada, sólo acariciándonos con dulzura. Nunca puedo evitarlo, besé su cabello y lo peiné un poco, eso hizo que mi novio levantara la mirada. Él podría haber pasado por muchas cosas pero aún podía ver ese brillito de inocencia pura en sus ojos. Tomé su barbilla con suavidad, acariandola con mi pulgar. Tenía miedo de asustarlo como momentos antes, acerqué su cara a la mía, pude ver como él cerraba los ojos y daba un suspiro, deseando también mi roce. Corté la distancia entre nosotros y uníéndonos a la perfección. Los labios de Allen se movían a mi ritmo, me encantaba la manera en la que él encajaba perfectamente conmigo, como podía saborear las palabras que él no solía pronunciar muy seguido por su extrema timidez, solo en besos y abrazos. Cambiamos de posición, el moreno quedó sobre mí acostado, aún besándonos, posó sus manos en mi pecho, acariciándolo de una forma muy leve, probando lo que no solía hacer. Quería solo experimentar algo. Tomé el dobladillo de la camiseta de Allen y lo fui levantando poco a poco. Por suerte, él ayudó encorvando la espalda un poco para que completamente le quitara la camiseta, estaba muy sonrojado y evitaba mirarme a los ojos.

-¿Era tan difícil? -susurré sobre sus labios con una sonrisa en el rostro.

Él no respondió, sólo cerró los ojos con las mejillas sonrojadas y cortó la distancia entre nosotros para unirnos en un beso tímido, podía notar que trataba de ser sensual pero de todas maneras estaba muy nervioso para seguir estando al mando del beso.

Cambié la posición, él estaba debajo de mí ahora. Allen con cada beso lanzaba un suspiro y puedo jurar que la habitación se había puesto mil veces más caliente que el mismísimo infierno. Dejamos de besarnos para darle oportunidad a Allen de quitarme la camiseta. Él se notó nervioso pero poco a poco mi novio pasó sus manos por debajo de mi prenda, rozando sus dedos por cada músculo que resaltaba en mi abdomen, fijando un par de veces sus ojos en los míos sólo para asegurar que lo aprobaba, lo cual me hizo sentir un cálido sentimiento en mi pecho. Lancé un gruñido junto con una sonrisa, la cara de Allen se tornó aún más roja y se mordió el labio para al fin quitarme completamente la camiseta.

Nos miramos el uno al otro, atrapándonos en nuestros propias profundidades, yo aproveché aún más por que era la primera vez que lo veía sin esos guantes, sudadera y camiseta que cubrían su hermoso cuerpo. Allen era tan delgado, no tiene músculos que resalten de su piel solo sus costillas, simplemente delgado y a decir verdad muy pálido. Pero, ¿saben qué? Me trae más loco que cualquier otra persona en el mundo.

Me senté en la cama, entre las piernas del moteno y apreciando su vista a mi merced, comence acariciar sus brazos con las yemas de mis dedos, lento y con mucha cautela, sintiendo cada bulto de sus cicatrices con demasiado cariño dentro de mi pecho, tenía un miedo terrible a que él volviera a asustarse.

Al ver a mi novio a los ojos podía ver también el placer, muy escondido detrás de todo su nerviosismo. Mientras yo comenzaba a acariciar sus pezones, Allen trataba e evitar gemír y apretaba mis hombros fuerte mientras dirigía su mirada a otra parte con una timidez increíble lo que me parecía tan adorable. Podríamos estar apenas empezando pero la forma en la que Allen tenía efecto en mí, comportándose como lo hacía, siendo totalmente él, era tan asombroso como si estuviéramos en el mismo clímax. Desabroché poco a poco el cinturón de su pantalón para luego abrirlo por completo y quitárselo lento junto con su ropa interior. Allen, con su permiso, me permitió observarlo de esa forma. Acerqué mi mano a su entrepierna, lentamente, viendo a sus ojos sólo para saber que si no le agradaba entonces pararía. Él parecía estar de acuerdo y empecé a masturbarlo con cuidado, la verdad, él ya estaba bastante duro.

Cuando Te Conocí... *Homosexual, Gay*Where stories live. Discover now