Capitulo 40 (Final)

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Siempre va a haber otra montaña
Siempre vas a querer hacer que se mueva
Siempre va a ser una batalla difícil
A veces, vas a tener que perder
No se trata de la rapidez con que llegar
No es sobre lo que esta esperando al otro lado
Es la subida.

-The Climb, Miley Cyrus

Allen PDV

Mis manos sudaban y temblaban, obviamente, estaba nervioso. Claro, era el día decisivo en el que me declararían totalmente si ya era saludable mentalmente o si seguía enfermo. Todo era bizarro, no sabía qué pensar, ¿estaba saludable o no? No lo sabía, así simplemente, no sabía.

-Vamos, cariño -mi mamá me abrazó dándome fuerzas-. Es hora.

Miré a mis amigos, estaban todos ahí. Abdul, los gemelos, Andrea, Susie, Danielle, Joseph, Edgar, Emiliano e incluso Mario (desde "aquel suceso" nos habíamos vuelto amigos, se convirtió en una persona agradable), solo faltaba alguien, exacto, Michael.

Estaba a punto de subirme al carro cuando de la casa de al lado se escucha un portazo. Michael salió corriendo de su casa hasta alcanzarme y abrazarme.

-Lo siento -se excusó-, estaba estudiando y me quedé dormido.

Ultimamente Michael había estado esforzándose con sus estudios pues se había retrasado por todo lo que había pasado además de que estaban en temporada de exámenes y lo estaban haciendo sufrir mucho.

Acuné su cara en mis manos y le di un beso en la mejilla, un brillito juguetón pasó por sus ojos azules.

-No importa, gracias por venir -le sonreí y nos abrazamos fuerte, él me levantó del suelo y me dio bastantes besos en la mejilla.

-Son para la suerte -sonrió mostrándome su sonrisa completa, pareció ver algo sobre mi hombro y finalmente me soltó-. Mucha suerte. Te amo, no importa lo que los resultados digan.

Después de eso fue corriendo dentro de mi casa, sin olvidar lanzarme un beso al aire mientras corría, casi se caía, por eso me reí.

Belén me sacó de mi mundo y me metió en el auto a la fuerza.

El plan era que todos mis amigos estuvieran ahí, si regresaba con buenas noticias, lo festejaríamos, si no, festejaríamos de todas formas. ¿Por qué? Mis amigos son así.

Llegamos rápido al centro donde estaba mi nueva psiquiatra, la otra fue despedida por el maltrato que me dio aquella vez en mi casa.

-Mucha suerte, Allen -Belén me abrazó-. Todos estamos orgullosos de ti.

Murmuré un "gracias" y entré al lugar. Las paredes estaban pintadas de un azul celeste y los pisos eran muy blancos y brillantes. Habían un par de personas esperando en la sala pero yo iba a entrar directo. Me paré frente a la puerta, una de madera, con una ventana en la parte de arriba y una placa que mencionaba el nombre y especialidad de la doctora.

Vamos, Allen. Puedes hacerlo, eres capaz de hacerlo.

Tomé el picaporte, el que extrañamente estaba frío y lo giré abriendo la puerta, dejando a la vista a una chica joven, de piel morena y cabello negro muy rizado y largo peinado en una coleta, sus ojos eran de color miel y expresaban confianza, desde el momento en que la pude ver, podría decir que sería una buena doctora.

-Allen, ¿cierto? -me preguntó con una sonrisa amable mientras estrechábamos las manos y nos sentamos cada uno en su lugar.

La oficina era bastante bonita, los sillones eran rojos de cuero, las paredes blancas y el piso era de madera, en dos paredes paralelas habían un par de libreros lleno de libros hasta el tope, en otra pared había una ventana que daba la bonita vista de un jardín lleno de flores, al lado de la ventana estaban sus diplomas enmarcados, los cuales estaban bien ordenados en filas derechas.

Cuando Te Conocí... *Homosexual, Gay*Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum