Capitulo 35

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No existe un refugio para la confesión excepto el suicidio, y el suicidio es una confesión.

-Danie Webster

Belén PDV

-Allen, necesitas comer -estaba de brazos cruzados frente a mi hermano, quien se ha quedado casi todos los días al lado de su novio desde que está en el hospital.

-No...No tengo hambre... -dijo él tallándose el ojo, pues estaba dormido al lado de su camilla.

-¿Acaso te lo pregunté? No -lo tomé de la muñeca y lo obligué a levantarse para dirigirnos a la cafetería del hospital.

Michael intentó suicidarse, perdió demasiada sangre y nadie sabe la razón exacta de por qué.

Me solía agradar mucho hasta que hizo esto, Allen ha estado a su lado tanto tiempo que se ha descuidado a sí mismo y eso no me agrada para nada.

-Belén, en verdad, no tengo mucha hambre... -me comentó Allen.

Pedí lasagna y ensalada, un plato que le encanta a mi hermano.

Noté algo. Antes, al tomar su muñeca, apenas mis dedos podían rodearla, pero ahora hasta me sobra espacio.

-Allen...¿quisiste adelgazar o es el hecho de que no has comido nada?

Mi hermano se sonrojó y alejó su brazo de mí para abrazarse a sí mismo, se veía como un niño perdido.

-Yo solo hubiera querido servir de algo... -sus ojos se cristalizaron.

Tomé los pedidos y fuimos a sentarnos a una mesa. Jamás me había gustado el olor de los hospitales pues me traen malos recuerdos, cuando Allen cayó en coma y cuando trató de querer controlar la fecha de su muerte al igual que su novio. Solo malos recuerdos.

-Es su culpa, no la tuya, deja de sentirte mal... -le regañé.

Michael está sedado, había dicho el doctor que había sido una necesidad la de dormirlo tanto tiempo por sus heridas o algo así. Total, él probablemente esté dormido dos semanas o tal vez más. En fin, solo faltaban cuatro días para que se cumpla ese pronóstico.

-No entiendes, Belén... -mi hermano sonrió en forma triste y comió una cucharada de su plato, forzándose a tragar la comida que no quería.

-Entonces ayúdame a entenderlo -le respondí con el ceño fruncido.

Allen negó varias veces, terminó de comer su ensalada, dejando la lasagna intacta, se levantó del asiento y fue a dejar el plato, dirigiéndose al ascensor y dejándome sola. Danielle caminó dentro del hospital con un par de chicos que venían con peluches y globos, una chica rubia venía con muchos pedazos de pizza que en medio tenían clavados palos y estaban en forma de ramos de rosas pero era un ramo de pizza. Otra chica llevaba una soda de probablemente tres litros. Para su mala suerte, no las dejaron llevar su comida a la habitación y se quedaron ahí, comiendo y tomando del refresco.

-¡Belén! -Danielle se me acercaba junto con aquellos chicos, ya que me daba cuenta, todos son muy altos.

-Hola, Danielle -la saludé sin muchas ganas.

-¿Dónde está Allen? -me preguntó.

En todo este tiempo nunca dirigí mucho la palabra con ella, serían solo unas ¿qué? ¿Seis o siete veces?

-Está en la habitación de Michael, supongo que quiere acabar ese libro que le está leyendo -me reí por la estupidez de mi hermano, él cree que su novio en verdad lo está escuchando.

Cuando Te Conocí... *Homosexual, Gay*Where stories live. Discover now