Capítulo 1

957 60 19
                                    

18 / 10 / 73

¡Hola, nuevo diario! Soy Amanda.

Te he comprado en una tiendecita, pensé que era buena idea empezar un diario para mejorar mi escritura y esas cosas... Así que, en fin..., aquí estoy ¡para contarte mi vida!

Tal vez debería presentarme. Así, en años venideros al leer esto, reconoceré cómo era cuando tenía 25 años. Veamos. Soy una chica muy corriente, para qué me voy a intentar engañar a mí misma. Nací el 2 de marzo de 1948. No tengo cualidades a destacar, sinceramente. Me gusta quedarme en casa, comer dulces, escuchar música y leer. Poco más... Qué aburrido va a ser este diario.

Rellenaré un poco más hablándome sobre mi infancia. Por si por alguna estúpida razón he olvidado mi época de niñez, no sé. Supongo que me seguirá gustando torturarme con mi maldito pasado. No tenía muchos amigos, pero al cumplir los 11 años conocí a mi amiga Evelyne. Desde entonces hemos sido mejores amigas. Somos bastante distintas en todo. Ella siempre solía aburrirse con las cosas que a mí me gustaban. Y yo con las que a ella le gustaban. Sin embargo y pese a esas discrepancias, de alguna forma somos casi como hermanas. Lo que más le interesaban a ella eran los chicos, a día de hoy también. Para mí no es un tema tan importante, y además no se me da bien lidiar con ellos. Una vez "salí" con un chico de mi clase de literatura en la universidad. Muy guapo y divertido. Después de dos meses, me dijo que se marchaba a la India a vivir experiencias nuevas. A los dos días le vi con otra chica en un bar cerca de la universidad. Cosas que pasan. Supongo que no se me dio bien eso de tener novio... Hace un momento me parecía una anécdota graciosa de contar aquí, pero ahora me estoy amargando un poco por el recuerdo. Steve, donde quiera que estés: ¡podrías haber cortado conmigo sin más! En fin, desde aquello no he vuelto a tener novio. Y ni falta que me hace, ¡a ver si el siguiente también se me va a la India...! Qué lamentable, Steve.

Evelyne es actriz. Tal vez en unos años, cuando lea estas páginas, ya se haya retirado. Si es así, seguro que es por vieja, porque le encanta lo que hace. Es su pasión, y además se le da bien con esa capacidad para exagerar que tiene.

Luego por mi parte, soy una simple aficionada a la lectura que aspira a escribir un libro algún día. No creo que lo consiga. Me voy a deprimir cuando lea esto con cuarenta años, madre mía. O tal vez me provocaré risa porque sí lo conseguí... Como sea. Ánimo, Amanda. Siempre puedes morir joven.

De qué más podría escribir...

Tengo un hermano, como obviamente ya sé. Ni que fuera a olvidarme de algo así, por favor. En fin. Se llama Curtis. Es cuatro años mayor que yo. A él le encanta la música como a mí, aunque a menor escala porque yo soy un poco obsesa. Supongo que eso ha servido de ayuda para que Evelyne también sea un poco más melómana... Uh, cierto... ¡Espera, espera! ¡Mejor me explico un poco más!

Cuando cumplimos ambas los 21, Evelyne empezó a salir con mi hermano. Al principio fue muy incómodo porque vivíamos los tres juntos en un apartamento de Londres. Prácticamente me obligaron a quedarme con ellos, y tampoco es que me sobre el dinero para mudarme sola. Trabajar en un ultramarinos no es una fuente fiable de ingresos.

Y bueno, creo que ha sido suficiente introducción. Mi yo de setenta años estará satisfecha con el recordatorio.

Cambiando de tema, ahora mismo estoy en el coche, con Curtis y Evelyne. Estoy muy cont.../




—¿Qué haces, Mandy? ¡Te vas a marear y vas a vomitar en mi coche! ¡Que ya nos conocemos!

—¡Eh! ¡Ev, suelta eso...!

—¿Se puede saber qué estás escribiendo aquí? Anda, ¡pero si habla de mí! ¿Vas a redactar mi biografía?

—¡Serás cotilla! Evelyne, devuélvemelo o vomito en tu coche.

—... Vale, vale. Tome usted, señora Floyd. Pero después me lo enseñarás, ¿no?




/... Bueno. Ejem, ejem. Como iba diciendo antes de la interrupción de Evelyne... ¡Ah, sí! Estoy muy emocionada. ¡Ahora mismo nos dirigimos a un concierto de Pink Floyd! No quepo en mí de dicha. ¡Por fin los veré! Estarán ahí y yo estaré abajo viéndolos, gracias a la entrada que tanto me ha costado comprar. Valieron la pena las dobles jornadas y las horas extras. ¡Ya sólo me separan de ese concierto un par de horas de coche! ¡Suficientes para acabar mareándome del todo y vomitando la primera papilla! Evelyne tiene razón. Me voy ya.

KEEP YOURSELF ALIVE #2: Let Me In Your Heart ♕Where stories live. Discover now